tag:blogger.com,1999:blog-55899453401071353282024-03-13T11:44:30.373+01:00BaratariaEdiciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.comBlogger250125tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-33724617184162900912011-12-14T18:51:00.002+01:002011-12-14T18:52:34.254+01:00El Libro de las maravillas de Fernando Clemot<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/-YNI2edOGTvk/TujiPHCboWI/AAAAAAAAAjM/PmMIg92OQSA/s1600/%2BInvitaci%25C3%25B3n%2BLibro%2Bde%2Blas%2Bmaravillas1.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 190px;" src="http://2.bp.blogspot.com/-YNI2edOGTvk/TujiPHCboWI/AAAAAAAAAjM/PmMIg92OQSA/s400/%2BInvitaci%25C3%25B3n%2BLibro%2Bde%2Blas%2Bmaravillas1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5686043278770413922" border="0" /></a>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-1986669428467622882011-08-30T12:49:00.002+02:002011-08-31T12:57:22.687+02:00La pérdida y lo femenino burgués: “La mampara”, de Marta Brunet<div style="text-align: center;"><a href="http://www.revistadeletras.net/la-perdida-y-lo-femenino-burgues-la-mampara-de-marta-brunet/">Revista de Letras
<br />Jordi Corominas Julián
<br />30/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;"><p>Las fronteras siempre han sido demasiado dañinas. Sin embargo sirven para entender el progreso de determinadas sociedades. El mundo no se para, es circular y reparte suerte y coincidencias en todos sus hemisferios. Mientras leía <strong><em>La mampara</em></strong> de la chilena <strong>Marta Brunet</strong> imaginaba la historia del joven Alberto Moravia paseando por Roma aquel lejano día de octubre de 1922 en que los fascistas iniciaron veinte años de negritud para el país transalpino. Un septenio más tarde el pequeño gran Pincherle sorprendió a propios y extraños con <em>Gli indifferenti</em>, ópera prima que tras sortear la censura marcó un antes y un después que en mi opinión aún no valoramos en su justa medida. Su demoledor retrato de la burguesía se movía por un clima ultradecadente donde la ciudad parecía congelada en un magma infinito del que no se podía escapar. El movimiento existía, pero las cosas permanecían inmóviles por el orden de una clase social demasiado arraigada a unos banales privilegios de los que nunca ha querido desprenderse. La crítica, maquillada en una historia de amoríos y posesiones, de ese sopor supuso un azote al régimen de Mussolini y exhibió unas constantes que acompañarían el resto de la trayectoria del escritor romano.</p><p>El ingrediente que excitó mi pensamiento comparativo entre Chile e Italia se debe a una característica compartida de la obra que motiva esta reseña con la que inauguró la singladura del autor de <em>Il disprezzo</em>. En ambas el núcleo central de la narración se configura a través de una familia huérfana del patriarca que ha posibilitado un pomposo estilo de vida, lo que implica una lucha por la supervivencia y mantener la apariencia de un estatus. En ambas hay una madre y dos retoños, que en <em>La mampara</em> son féminas. La única diferencia de peso en el armazón de personajes es que Brunet elige una aparición masculina menos peligrosa que el Leo de Moravia, pues coincidirán conmigo en que es más saludable el antiguo propietario de la casa que un amante con ambiciones inmobiliarias. El susto, la traca, espera en otra residencia, porque en el siglo XX una trama burguesa sin dudas de sensualidad y seducción quedaba coja.</p><p>Las casualidades mencionadas no son tales, sino que simplemente articulan contextos diferentes en sociedades que transitan por carreteras de diversas velocidades. El volumen que presenta Barataria en España fue editado en Buenos Aires allá por el lejano 1946, cuando su autora ya llevaba más de dos decenios sorprendiendo con una prosa atrevida, sumamente rítmica y muy moderna por los temas tratados, en los que privilegiaba una psicología de la mujer insólita para su época.</p><p>Vayamos al meollo. La muerte de su marido ha dejado a la madre de Ignacia Teresa y Carmen desconsolada y con la misión de cargar con el duro de peso de cambiar un rumbo de opulencia. Su experiencia le permite adaptarse al nuevo contexto. Renuncia a la mayoría de lujos y sólo se aferra a la mansión de siempre por amor, recuerdo o mera subsistencia. Ignacia Teresa es su mejor aliada. Trabaja en una empresa que la sume en la normalidad y cumple sus deberes de hija ejemplar, modesta y consciente del infortunio, rasgo que la aleja de Carmen, empeñada en soñar con una permanencia del esplendor pasado que simboliza su apego al teléfono como objeto de prestigio y contacto con una realidad de rompe y rasga. La chica, guapa y con clase, acude a fiestas galantes, se queja y pulsa con tenacidad un inexistente acelerador para no marchitar la flor de su condición, pues ella no ha nacido para ganar dinero con el sudor de su frente, está destinada a lo exclusivo, sea lo que sea, cueste lo que cueste.</p><p>La novela, estructurada en capítulos que por su duración crean una especie de tobogán de emociones, atiende con precisión el devenir de las tres protagonistas. La madre es la guardiana que cuida de cuatro paredes y pretende lo mismo con sus dos niñas. La luz que brilla en la noche es su padecer en la imposibilidad del control. Ignacia Teresa, más presente en el primer tramo, desaparece tras la parte más brillante, puro arte donde en pocas páginas se condensa una poética de lo cotidiano de muy altos vuelos.</p><p>“<em>Desde pequeña asocia ideas, busca símiles, piensa en imágenes. No es que le guste, porque eso indicaría preferencias y en ella esto es algo tan innato, como lo es tener los ojos azul oscuro, de uva, que parecen negros y que de pronto se observa que no lo son</em>”.</p><p>Estas pocas líneas viran hacia una introspección absoluta de la mujer que se funde con el paisaje urbano porque tiene hambre y busca saciarla. Su apetito es culinario y vital, pues quien escribe supone que Ignacia Teresa es un <em>alter ego</em> de la narradora. Entra a un bar, duda y sigue el consejo del camarero. La escena que sigue, con sus manos y las de un inmigrante español queriendo entrelazarse, son una metáfora de la soledad y la ausencia de dos mundos que no volverán.</p><p>Si <em>La mampara</em> fuera una película imaginaríamos un fundido en negro. De repente saltaríamos a estancias nobles con jóvenes ávidos de una diversión que se presume, por poses y composición de la imagen que el texto forma en nuestra cabeza, más bien aburrida. Es el discreto encanto de la burguesía hundida en sus propias heces. Ignacia Teresa es clara, diáfana, por eso no ocupa mucho espacio. Carmen es complicada y confusa. Sus aventuras copan el final en una lágrima sostenida que abraza cuerpos en el baile, bebe <em>whisky</em> y se pavonea desde su inferioridad, que es temor a que un día se vierta la última gota de opulencia y aparezca su particular cenicienta.</p><p>La contraposición entre ambas hermanas vertebra un discurso basado en la aceptación de una metamorfosis en la que ganar no es quimérico. La asunción de la pérdida es la clave que apaciguará el dolor y engendrará otros horizontes en un canto a la capacidad de lo humano para sobreponerse a las adversidades y tumbarlas con capacidad de adaptación.</p><p>Celebramos la publicación de <em>La mampara</em> y deseamos que lleguen a nuestras manos más libros de Marta Brunet en la colección “Humo hacia el sur”, recuperadora de las vanguardias del Novecientos del otro lado del charco y titulada cómo una novela de la autora chilena. Lo anhelamos desde unas coordenadas de recuperación de un legado que sirve sobremanera en la actualidad, pues sin lo pretérito, sin lo clásico que es moderno a rabiar, no seremos capaces de lograr una literatura que no sólo sea <em>fast food</em> y voracidad de mercado, sino que innove, apueste por el riesgo y no olvide que lo que muestra el retrovisor es fuente de aprendizaje con sólidos cimientos, útiles para el presente, armas de calidad que den al viaje libresco fuegos nada artificiales.</p></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-91415102379970774792011-08-22T18:44:00.002+02:002011-08-22T18:48:43.114+02:00Me odiaría cada mañana - Ring Lardner Jr.<div style="text-align: center;"><a href="http://pvpmp.wordpress.com/2011/03/">Argumentos
<br />Pablo Vázquez</a>
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<br /><div style="text-align: left;"><h2 id="post-16"><a href="http://pvpmp.wordpress.com/2011/03/10/el-ultimo-superviviente/" rel="bookmark">EL ÚLTIMO SUPERVIVIENTE</a></h2><div style="text-align: justify;">Este es el título del décimo y último capítulo de las memorias de <a href="http://www.imdb.com/name/nm0488057/" target="_blank">Ring Lardner JR</a>., tituladas <a href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788495764539.htm" target="_blank"><strong>Me odiaría cada mañana</strong><strong> (I’d Hate Myself in the Morning)</strong></a>. Ring Lardner JR. fue un guionista importante en Hollywood, desde los años cuarenta hasta los años ochenta, o quizá podría haberlo sido si hubiera discurrido con normalidad su carrera. El gran obstáculo que encontró, consistió en formar parte de <a href="http://ideologias.suite101.net/article.cfm/los-10-de-hollywood" target="_blank">la lista de los diez de Hollywood, la lista negra</a>. Aunque estuvo encarcelado durante un año, el mayor castigo para este escritor, que era el más joven de los diez ajusticiados, fue trabajar desacreditado o de manera anónima durante los quince años siguientes (desde 1950 hasta 1965) al igual que otros de sus compañeros. De todas formas Lardner consiguió dos oscars en las ceremonias de entrega celebradas en 1942 por el guión original (La mujer del año, junto a Michael Kanin). Y en 1970 por el guión adaptado de M*A*S*H (basada en la novela de Richard Hooker). </div><p style="text-align: justify;">Lo mejor será copiar varias frases del capítulo octavo titulado <em>Complacerte nos ha costado veinte mil dólares</em> porque este blog está centrado en los guiones provenientes de otros medios distintos al cine, es decir, en las adaptaciones. A propósito de la labor del guionista… <em>Waldo SALT describió nuestro oficio como “un género distinto que consiste sobre todo en escribir con imágenes; su estética difiere en los sustancial de la inherente al teatro o a la novela, y desde el punto de vista técnico se aproxima a la poesía”.</em></p><div style="text-align: justify;"> Sobre las adaptaciones y la arbitrariedad del guión… <em>Para adaptar Semi-Tough (Semiduro), un libro sobre fútbol americano escrito por Dan Jenkins, pergeñé un par de borradores: al productor le gustaron y, lo más importante en los viejos tiempos, a los mandos de United Artists les gustaron tanto que dieron el salto crucial desde el “desarrollo de la mercancía” a su producción como vehículo para el lucimiento de Burt Reynolds; la única pieza que faltaba, el director, se corporeizó súbitamente en la persona de Michael Ritchie. Aunque yo le di a entender que esperaba intervenir en cualquier revisión de la historia, él comunicó al estudio que no deseaba hablar con el viejo guionista y quería uno nuevo a su disposición. También anunció que el eje de aquella comedia satírica ya no sería el fútbol profesional sino los grupos de ayuda y concienciación. Tanto el productor como el estudio consideraron estas demandas arbitrarias pero no excesivas, de manera que, en un alarde de versatilidad, retiraron su respaldo empresarial al libro y el guión que habían adquirido para ejecutar diligentemente todas las novedades que Ritchie y su nuevo amanuense tuvieran a bien ingeniar.</em>
<br /><em></em></div><p style="text-align: justify;">O acerca de las ideas originales… <em>Cuando un amigo mío vio <a href="http://www.filmaffinity.com/es/film589383.html" target="_blank">Río Rojo</a> y felicitó al guionista por su trabajo, el felicitado Chase exclamó: “¿Pero no te has dado cuenta de que es <a href="http://www.filmaffinity.com/es/film780223.html" target="_blank">Rebelión a bordo</a>?”.</em></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;"><em>La idea original de M*A*S*H no salió ni de Altman ni de mí, sino de los autores del libro. En cuanto a la película misma, su estructura básica y cada una de las escenas desde el arranque al desenlace son las fijadas en mi guión pese a todas las interpolaciones o improvisaciones de Bob.</em></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">Completando la lista de libros y manuales sobre técnica y escritura del guión que se pueden encontrar en librerías y bibliotecas, siempre se agradece la publicación de <strong>Me odiaría cada mañana</strong>, unas memorias escritas con pulso periodístico del más genuino y absorbente a lo largo de diez capítulos encabezados por el “titular adecuado”, que abarcan su infancia, juventud, madurez e incluso sus reflexiones sobre la existencia y la muerte cercana. Todas las páginas están escritas desde la honestidad, la comprensión y la ausencia del rencor de su protagonista.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">Aprovecho para recomendar <a href="http://bloguionistas.wordpress.com/2010/04/23/el-festival-onirico-de-ring-lardner-jr/" target="_blank">este artículo anterior</a> de Ángela Armero sobre Ring Lardner JR. que resulta muy enriquecedor sobre otros aspectos alusivos a la escritura de guiones.
<br /></p></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-27240174138941764582011-08-22T18:15:00.001+02:002011-08-22T18:18:07.017+02:00La locura de Almayer - Joseph Conrad<div style="text-align: center;"><a href="http://www.lecturalia.com/libro/14391/la-locura-de-almayer">Lecturalia
<br />22/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">Lejano antecedente en varios aspectos del Kurtz de <em>El corazón de las tinieblas</em>, Kaspar Almayer, protagonista de esta novela, se ve arrojado, como otros personajes de <strong>Joseph Conrad</strong> (1857-1924), a su particular laberinto existencial envenenado por el infierno de sus quimeras. Empantanado físicamente en una isla del archipiélago malayo y emocionalmente por el amor a su hija mestiza, el anhelo de un quiebro de la fortuna que le permita dar un vuelco a su existencia lo lleva a acometer empresas desesperadas, entre ellas <em>La locura de Almayer</em> –nombre con que se conocen unas instalaciones abocadas a albergar un negocio que queda sin contenido–. El destino, sin embargo, está marcado y marca inexorablemente la senda de las sombras. </div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-68817521208969661302011-08-22T10:21:00.000+02:002011-08-22T10:22:53.737+02:00ESTÉTICA DE LO PEOR<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:donotpromoteqf/> <w:lidthemeother>ES</w:LidThemeOther> <w:lidthemeasian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:lidthemecomplexscript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> 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Toda compilación de textos, es decir: allegar o reunir en un solo cuerpo de obra documentos ya editados, posee una cualidad admirable que no es otra que la relectura –en el caso, obvio, que <i>se siga</i> a ese autor– de una parte de su obra leída bajo una cierta doble condición de aleatoriedad y eventualidad. Es más, por mucho que nos interese un autor difícilmente tendremos acceso a la totalidad de lo por él publicado. Razón esencial esta en el caso que nos ocupa, pues José Luis Pardo, afortunadamente, escribe y publica con alegre, solvente<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y dinámica frecuencia. </span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="font-size:11.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"" lang="ES-TRAD"><span style="mso-spacerun:yes"> </span><i>Estética de lo peor</i> reúne una selección de 15 textos (ninguno de ellos inédito) que si bien están agrupados por bloques temáticos (desconocemos si por deseo del autor o de los editores: poco importa), dichos bloque facilitan menos la lectura –dado que la <i>redireccionan</i> no siempre en el sentido más apropiado– que si optamos por un “ir saltando” entre los textos, bien por un mutuo interés entre el autor y el lector por determinado asunto tratado, bien por una concreta orientación intelectual o ideológica ante los temas debatidos, o incluso, por supuesto, por un decidido rechazo ante un concreto análisis o interpretación de una manifestación estética cualquiera o un determinado apunte sociológico. Si bien es difícil encontrar en <i>Estética de lo peor</i> un decidido centro ante el cual basculen o graviten todo los textos presentados, no es menos cierto que la propia <i>fragmentariedad </i>que el volumen destila ayuda a entender más y mejor algunos de los argumentos intelectuales esgrimidos por José Luis Pardo durante la última década, y entre los cuales la “fragmentación” –del arte y la vida contemporáneos o de la fragilidad del cuerpo dentro de ese escenario de ruptura, entre otros– ocupa dentro de su ideario estético un lugar de centralidad tan esencial como admirable.</span></p><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size:11.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-fareast-font-family:SimSun;mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SA" lang="ES-TRAD"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>Que en un <i>corpus</i> de quince ensayos más de diez posean una grandeza intelectual innegable nos ofrece una imagen concluyente de la tan inteligente como feliz idea de agrupar estos escritos, y más allá de los consabidos oportunismos o estrategias de marketing propio de las editoriales. Dado que, tal como ya hemos apuntado, el volumen carece de un centro unitario, lo más efectivo es focalizar aquellos textos que por sí solos ya ejercen una función solar, y ante la cual las ideas giran fragmentadas dentro y fuera de su órbita. Así el apartado titulado <i>Un amigo americano</i> donde, utilizando como pretexto el análisis de la película de Cronenberg <i>Crash </i>(y no únicamente este film), como también <i style="mso-bidi-font-style:normal">El amigo americano</i>, de <span style="mso-bidi-font-style:italic">Wenders</span>, José Luis Pardo, en realidad, nos está ofreciendo sendos y muy brillantes análisis de cuestiones más cercanas a la metafísica, como son la expiación y la culpa. En el apartado <i>Algésicos comprimidos</i> (textos sobre artistas) sobresale el texto dedicado a Ramón Gaya, donde al autor utilizando una retórica intelectual muy brillante no siempre convence en su deseo (un tanto obsesivo) de hacernos creer que Gaya es un artista <i>vanguardista</i>, pero lo que sí logra Pardo con este ensayo (y no es poco) es replantearnos (una vez más), y más allá del interés o aprecio por Gaya, los siempre tan escurridizos como cambiantes conceptos de “tradición”, “vanguardia” o “contemporaneidad”. Pero en nuestra opinión los dos mejores apartados de que consta el libros son los dos primeros, <i>Ensayos sobre la falta de oficio</i> y <i>Cómo se llega a ser artista contemporáneo</i>, ambos con seis escritos en total, y en los cuales José Luis Pardo, utilizando un sabio dispositivo de “inteligencia humorística” nos ofrece algunos de los más altos ejemplos de especulación teórica y estética que se hayan producido en nuestro país.</span></div><p style="text-align: left;" class="MsoNormal">
<br /><span style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"" lang="ES-TRAD"></span><span style="font-size: 10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"" lang="ES-TRAD"></span></p> Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-16351725110696493622011-08-21T16:46:00.000+02:002011-08-22T17:02:39.205+02:00L’últim explorador<div style="text-align: center;"><a href="http://medias.diaridegirona.cat/suplementos/2011-08-28_SUP_2011-08-21_00_11_14_domi.pdf">Diari de Girona
<br />Dominical
<br />Paco Cerdà
<br />21/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">L’últim explorador</span>
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<br />El valencià Miquel Silvestre, que va abandonar una plaça de registrador de la propietat per
<br />trobar la inspiració literària, inicia un viatge amb moto de 18 mesos entre Espanya i Alaska rere
<br />el rastre dels grans aventurers espanyols; ja ha recorregut 67 països i reivindica l'èpica del viatge.
<br />
<br />Aquesta és la història d’un registrador de la propietat, número u de la seva promoció, que quan s’afarta del «magma de comoditats que va devorant la seva capacitat de somieg i fent la seva vida cada vegada més grisa», decideix penjar el vestit d’una professió d’èxit per canviar-lo pel d’un aventurer a la caça de la Idea de la novel·la perfecta. Després de tres anys perseguint l’anhelat argument, aquesta ambició literària l’ha convertit en un viatger que ha recorregut 67 països en solitari sobre una moto que ja va pels 100.000 quilòmetres al comptador. És la història de Miquel Silvestre (Dénia, 1968), que el 15 d’abril del 2008 va decidir agafar les regnes de la seva vida i va emprendre el seu primer viatge. Diu que quan se li acabin els diners tornarà a la seva plaça de funcionari, una feina que, encara que no l’omple, li ha permès estalviar i demanar una excedència que li ha obert les portes al seu somni.
<br />Malalt de literatura, se’n va anar a la Toscana per ser l’únic paratge del món que Josep Pla hauria salvat del foc. La BMW GS 1200 que carregava al vaixell i el viatge italià eren l’excusa: ell només anava a mirar la gent i a descobrir nous paisatges mentre esperava l’arribada de la gran idea d’aquest llibre que, després de tres novel·les i alguns contes publicats amb escàs eco, el consagressin –aquest cop sí– a l’Olimp de les lletres. Però la Idea, després de quinze dies a la Toscana, no va arribar. I Silvestre va provar sort a Irlanda, de nou en moto. Allà tampoc no va trobar la novel·la, però va ensopegar amb una història que el va captivar. «A Irlanda –explica Miquel Silvestre des d’un hotel de la República Txeca– vaig descobrir el rastre dels nàufrags de l’Armada Invencible i vaig trobar la història d’un personatge essencial: el capità Francisco de Cuéllar, un dels pocs membres de l’Armada que va aconseguir salvar-se i que va escriure una carta a Felip II relatant-li les seves desventures durant els set mesos que va estar vagant per Irlanda».
<br />Passional com és, Silvestre es va enamorar de la història i va decidir recórrer el camí de Cuéllar amb la moto fins a trobar les humils tombes d’aquells dissortats herois de la Invencible, dels quals va publicar alguns reportatges a la premsa espanyola. Igual com s’havia enganxat als viatges amb moto, va ser llavors quan es va aficionar a seguir el rastre dels antics exploradors espanyols i explicar-lo.
<br />Així, va acabar amb la moto als Estats Units per travessar Amèrica del Nord de cantonada a cantonada (Miami-San Diego-Vancouver- Quebec-Nova York). Va buscar a Florida els vestigis del seu conquistador espanyol, Juan Ponce de León. Va anar a Saint Augustine, primera ciutat dels EUA, per trobar les empremtes del seu fundador espanyol, Pedro Menéndez de Avilés. També va travessar el desert americà d’Anza Borrego, en homenatge al capità espanyol Juan Bautista de Anza, el primer que el va travessar a peu i arribar a Califòrnia per terra, o va recórrer el Camí Reial de les missions que va impulsar a Califòrnia el franciscà Fra Juníper Serra.<span style="display: block;" id="formatbar_Buttons"><span onmouseover="ButtonHoverOn(this);" onmouseout="ButtonHoverOff(this);" onmouseup="" onmousedown="CheckFormatting(event);FormatbarButton('richeditorframe', this, 8);ButtonMouseDown(this);" class=" down" style="display: block;" id="formatbar_CreateLink" title="Enlace"><img src="http://www.blogger.com/img/blank.gif" alt="Enlace" class="gl_link" border="0" />
<br />
<br /><span style="font-weight: bold;">UNA AVENTURA IMPOSSIBLE</span>
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<br />Desgranar-ho tot seria impossible. Tan impossible com li semblava a Silvestre la seva següent aventura. Va arribar a Kenya per escriure el reportatge d’una ONG i, sense gairebé adonarse’n, es va veure comprant una moto de segona mà al cap de la televisió alemanya a Àfrica de l’Est i enfilant la carretera amb 10.000 quilòmetres al davant i el repte d’arribar a Ciutat del Cap (Sud-àfrica). «Jo ni tan sols sabia quin país anava al darrere de l’altre perquè mai havia planejat un viatge per l’Àfrica». Ara recita de memòria aquell periple: «Kenya, Tanzània, Zàmbia, Zimbabwe, Botswana, Namíbia, Sudàfrica, Lesotho, Swazilàndia i Moçambic». Després va completar l’aventura pel Marroc, el Sàhara, Mauritània, Senegal i Mali. I en aquest periple africà, ara sí, Silvestre va veure la llum.
<br />Però va ser una llum molt diferent a la que esperava. «Vaig abandonar la idea d’escriure una novel·la en adonar-me que el que m’estava passant era molt més interessant que qualsevol argument de ficció que jo pogués imaginar », explica. I es va llançar a escriure el llibre de viatges Un millón de piedras (Barataria) i a relatar aquesta aventura en moto per catorze països africans durant quatre mesos: «Hi desfila la història d’una prostituta en un hotel d’Harare (Zimbabwe), les monges d’un hospital catòlic al nord de Kenya, un portuguès mafiós a la frontera entre Namíbia i Sud-àfrica, l’àngel que em va rescatar quan vaig tenir un accident a Sud-àfrica, les infermeres d’un hospital de Lesotho que em van curar les ferides, el record dels grans exploradors, el conflicte de Moçambic, les tensions polítiques a Sud-àfrica...».
<br />Miquel Silvestre ja tenia el llibre. Però volia més droga aventurera perquè li permetia tres coses: «Reivindicar part del nostre passat explorador, viure una aventura mentre anava a buscar el rastre d’aquells homes, i trobar una matèria primera fantàstica per escriure: rescatar el record dels antics exploradors i explicar com són ara els llocs que ells van veure». I després de dos grans periples amb moto per Àsia central i el sud de la conca mediterrània, en els quals va ensumar el rastre d’Adolfo Ribadeneira, l’espanyol que es va endur escrits de Mesopotàmia, de Fernando de Arana, l’arquitecte de Damasc que va aixecar més de 70 edificis vuitcentistes, o de Ruy González de Clavijo, 600 anys després que el viatger trepitgés la mítica Samarcanda, Miquel Silvestre ha iniciat el projecte definitiu: un viatge amb moto de 18 mesos d’Espanya a Alaska seguint el rastre d’altres grans exploradors espanyols.
<br />Va començar el 10 de juliol a Noruega i serà una expedició al voltant del món, explica, «per mostrar qui van ser Pedro Páez, descobridor de les fonts del Nil Blau a Etiòpia; Sant Francesc Xavier, missioner al Pacífic; el Coronel Palanca, conqueridor de Saigon (a la Guerra de la Conxinxina del segle XIX); o Urdaneta, explorador de les Filipines. Però no només m’interessen els homes, també vull escoltar el vulgar, aquest estrany idioma amb un 50% de velles paraules castellanes que es parla en algunes illes de Malàisia, o visitar Córdoba i Valdés d’Alaska, els dos topònims espanyols més septentrionals del planeta». D’aquesta aventura en traurà un altre llibre un home, meitat escriptor meitat viatger, que es considera «l’última baula de la llarga cadena d’exploradors espanyols».
<br /></span></span></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-21695398232347736342011-08-20T10:09:00.000+02:002011-08-22T10:14:47.361+02:00Peor<div style="text-align: center;"><a href="http://www.elpais.com/articulo/portada/Peor/elpepuculbab/20110820elpbabpor_44/Tes">El País
<br />Francisco Calvo Serraller
<br />20/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">Aunque la consigna "cuanto peor, mejor" esté asociada principalmente al terreno del combate político de carácter subversivo, lo cierto es que cabe aplicarla a cualquier esfera del mundo contemporáneo en la medida en que nuestra era es inseparable del impulso revolucionario; esto es: en la medida en que funda su razón de ser en un cambio radical con el orden del pasado histórico, estigmatizado como Antiguo Régimen. En este sentido, el paradójico deseo de promover lo peor se inscribe en una voluntad de acelerar el cambio para así acceder a lo supuestamente mejor, que ha de ser la creación de un orden nuevo, exento por completo de las cortapisas heredadas. Desde siempre, el hombre se ha consolado de las estrecheces sufridas en cada momento histórico de su existencia mortal con el anhelo de conseguir algo que estuviera "más allá", pero sólo en nuestra época se ha embarcado en la ilusión de que ese alejado horizonte está, como quien dice, a la vuelta de la esquina, y está tan cerca porque lo podemos diseñar y fabricar a nuestra medida, casi tan solo con librarnos de los prejuicios atávicos que nos encadenan.
<br />Tras dos siglos y pico de práctica revolucionaria, o, si se quiere, de Nuevo Régimen, nunca, por el momento, se ha logrado la consolidación de este paraíso terrenal al alcance de la mano, quizás no tanto porque no sea técnicamente factible producir un "más allá" en el "acá", lo que está al orden de día, sino porque indefectiblemente todo "acá" logrado te lleva a suspirar por cualquier "allá"; o sea: porque todavía, siendo mortales, no hemos logrado cerrar nuestro horizonte. ¿Lo lograríamos acaso cuando nos transformáramos en muñecos mecánicos, como parece indicarnos el progreso tecnológico? Es probable, pero entonces, nosotros ya no seríamos nosotros y no sabríamos lo que habríamos ganado o perdido con esa transformación revolucionaria de nuestro ser. En cualquier caso, lo peor de este mejor habría consistido en que, para lograrlo, se cancelaría el móvil de esta y de cualquier otra mejora: la libertad, el manantial que nutre el caudal de toda revolución terrenal.
<br />¿Será éste el motivo del creciente prestigio del arte en nuestra secularizada época, un arte que ha dejado de ser un oficio singular para convertirse en la única promesa fiable revolucionaria de proporcionarnos el Edén sin transformarnos en otra cosa? A esta y a otras preguntas afines ha dedicado un libro el filósofo español José Luis Pardo (Madrid, 1954), significativamente titulado <i>Estética de lo peor</i> (Pasos Perdidos-Barataria), donde analiza los avatares del arte y la estética contemporáneos, pero sin tomar partido previo ni por los "apocalípticos", que recelan de cualquier innovación, ni por los "integrados", que piensan que están en el mejor mundo de los posibles, pues los cambios vienen rodados, aunque, en el fondo, todo siga igual. Antes, por el contrario, en un epígrafe titulado como el libro, inserto en un capítulo denominado 'Ensayos sobre la falta de oficio', Pardo nos recuerda que el fundamento del arte contemporáneo ya no es la constrictiva Belleza, el canon histórico que lo fundamentó, sino la Libertad, cuya ansia de exploración no admite fronteras preconcebidas, y, por tanto, que no se asienta en ninguna conquista, ni siquiera en el recuento institucional de sus indudables logros, como demandan hoy los beneficiarios de lo "políticamente correcto". Nos propone, sin embargo, que el arte actual se convierta en "un hogar para la mera humanidad" y añade que, para ello, "quizás... sería bueno abandonar la perniciosa idea de que la obra de arte tiene que simbolizar la verdad (que a menudo es solidaria de un mundo inhóspito y de una tierra inhabitable) para experimentar con otra vieja idea de la obra de arte: aquella que la describe como símbolo de la libertad". Pues, al fin y al cabo, sólo quienes creen en la libertad, se harán libres: auténticos transeúntes, que están aquí y allí, acullá, como el buen arte, generador de entuertos y extravagancias, requiere.
<br /></div></div><div> </div><div> </div><div> </div><div> </div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-89728401790646510822011-08-20T08:20:00.001+02:002011-08-23T08:27:29.423+02:00JOSÉ LUIS PARDO: DISCERNIR LA VERDAD<div style="text-align: center;">La Voz de Galicia
<br />Héctor J. Porto
<br />20/08/2011
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<br /><div style="text-align: justify;">«Solo una clase de fealdad no puede ser representada conforme a la naturaleza sin echar por tierra toda satisfacción estética y, por tanto, toda belleza artística, y es, a saber, la que despierta asco, pues... entonces no puede ya ser tenida por bella». Esta reflexión extraída de la Crítica de la facultad de juzgar, la obra de Kant, parece ser el objetivo que abatir por el arte contemporáneo —ya desde la primera agitación de las vanguardias históricas—, según defiende el ideario del pensador, escritor y catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid José Luis Pardo (1954) que parece vertebrar la antología Estética de lo peor. El libro reúne más de una docena de textos recuperados de su producción entre los años 1997 y 2008 que ya habían visto la luz previamente en periódicos, revistas, libros colectivos, publicaciones especializadas, monográficos de arte, suplementos de cultura, etcétera.
<br />Sin embargo, y pese a la forma en que se presenta el tomo, haciendo énfasis en su unidad, su contenido va más allá, es absolutamente heterogéneo, como haciendo honor al gusto del pensamiento del profesor. En realidad, el subtítulo —De las ventajas e inconvenientes del arte para la vida— refleja mejor las aspiraciones de esta colección de textos que debería haber prescindido de las cinco subdivisiones temáticas que tratan de ordenar las piezas de este puzle.
<br />
<br />DISCURSO COMBATIVO
<br />Y es que cada ensayo se basta para hablar por sí mismo de sus desvelos que, aunque variopintos, acaban convergiendo en el espacio improbable del discurso combativo de José Luis Pardo, uno de los pensadores menos complacientes de la escena española actual, un hombre que aún confía en el poder de la filosofía para maravillar, provocar, debatir, meditar, un catedrático que añora, como buen socrático, la plaza como la arena para el combate dialéctico. Y es que para él todo es susceptible de desenredarse, de ser objeto de especulación, nada en la vida y en la sociedad es ajeno al inquieto bisturí del análisis y de la crítica: el arte (tradición, vanguardia y contemporaneidad), la globalización, el cine, la bioética, la vulnerabilidad del cuerpo, la máquina, el poder, el pecado, la ciudad, el mercado, el erotismo, la libertad, el dolor, la muerte, las teorías de la conspiración... Asimismo, desmenuza obras concretas de autores como David Cronenberg (y su filme Crash), el artista Amorós Torres, el dibujante y viñetista El Roto, la artista Eva Lootz (y su instalación La jaula de los pájaros), Ubay Murillo, Ramón Gaya, Wim Wenders (El amigo americano), Picasso y un largo etcétera.
<br />En fin, la lectura de Pardo, sea cual sea la preferencia concreta del lector por uno u otro de los temas, el abordaje de sus múltiples sendas y sus desviaciones, es profundizar en el gozo de la filosofía, y, como él suele decir, aprender a «discernir la verdad de la farsa efi caz y la libertad de la tiranía maquillada».
<br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-68157432575299075562011-08-18T10:24:00.000+02:002011-08-22T10:28:15.168+02:00La maja y el torero<div style="text-align: center;"><a href="http://www.ellibrepensador.com/2011/08/18/la-maja-y-el-torero-teophile-gautier-ediciones-barataria/">El libre pensador
<br />Guillermo Arroniz
<br />18/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">“Las arañas de diez brazos, las lámparas de cuatro mecheros, los sillones tapizados en piel de Rusia, las telas de Damasco, las alfombras de Persia, los biombos de China, los relojes de caja, los muebles de terciopelo rojo, los escritorios de taracea, los cuadros negruzcos de Orrente y de Menéndez, las camas inmensas, las mesas macizas de nogal, los aparadores de cuatro puertas, los armarios de doce cajones, los enormes floreros: todo el viejo lujo español, que se vio obligado a ceder su puesto a aquella elegancia de tercera categoría que entusiasma a los pueblos cándidos atrapados por las ideas civilizadoras y que una criada inglesa habría rechazado”. <p>Páginas 10 y 11.</p> <p>“La mula, rapada de medio cuerpo, sacudía con su cabeza empenachada todo un carillón de campanillas y cascabeles. El guardicionero que había confeccionado el arnés se había entregado a un derroche increíble de pasamanerías, pespuntes, pompones, borlas y pendengues de todos los colores. De lejos, sin las largas orejas que salín de aquel brillantes follaje, se habría podido confundir aquella cabeza de mula así aparejada por un ramillete de flores ambulante”.
<br />Páginas 20 y 21.</p> <p>“Algunas candelitas hacían titilar sus luces amarillentas ante una imagen ahumada de la Virgen suspendida de la pared, porque, como toda la gente que se expone por su profesión a peligros mortales, los toreros son devotos o cuando menos supersticiosos”.
<br />Página 25.</p> <p>“Reinaba el silencio, porque la entrada en la plaza siempre es un momento algo solemne que al más despreocupado pone pensativo”.
<br />Página 29.</p> <p>“[...]comenzaría a bailar con ligereza y una expresividad admirables una de esas viejas danzas españolas en las que Arabia ha dejado su languidez ardiente y la pasión de su misterio [...]“.
<br />Página 47.</p> <p>“Las mujeres, como los poetas, se aprecian en su justo valor y reconocen su verdadera fuerza”.
<br />Página 134.</p> <p>La reedición de clásicos más allá del par de centenares que se repiten continuamente (de El Quijote a Romeo y Julieta), es un acierto, una apuesta por el futuro, aunque provenga del pasado. Porque si se pierden las raíces de nuestra cultura no habrá futuro sino indefinición y falta de Norte tanto como de arraigo.</p> <p>Pero, quién lo duda, es también una apuesta arriesgada. Una de esas labores que alguien debería hacer pero que puede salir personal y empresarialmente cara. Por eso se agradece doblemente que existan editoriales que asuman esta gran labor.</p> <p>Teophile Gautier fue un francés viajero, con una gran tendencia hacia lo plástico (quiso ser originariamente pintor), con una capacidad de síntesis para la descripción inaudita, y un gran amor por lo español como puede comprenderse por el presente libro en el que rechaza las costumbres e innovaciones importadas y mal asumidas por los peninsulares para ponerse del lado de los majos y las majas, las mantillas, los toros y los rincones con sabor árabe como Granada, aunque tradicionalmente esta última “admiración” se suela vincular más a los autores británicos o autores angloparlantes.</p> <p>Como prueba de ese alma sensible a la pintura y las imágenes valgan dos o tres fragmentos donde se citan grandes autores como Goya o Rembrandt:</p> <p>“Si un pintor hubiese visto pasar por las calles a aquel robusto jinete presionando entre sus piernas a aquel gran caballo negro [...] habría pintado una figura de efecto impresionante. [...] Pero los pintores estaban acostados”.
<br />Página 102.</p> <p>“Aquel sereno de marcadas facciones, de fisonomía ruda pero bondadosa; aquella muchacha de una blancura de cirio, y cuyas negras cejas hacían resaltar más profundamente aún su mortal palidez; aquel cuerpo inanimado, cuya cabeza descansaba en las rodillas de la joven, ofrecían un grupo capaz de tentar al pincel de Rembrandt”.
<br />Página 78.</p> <p>Barataria decide además hacer una apuesta doblemente arriesgada al traer nuevamente a la vida un texto donde se elogia lo español (hoy tan depauperado), las raíces y costumbres antiguas, y por supuesto los toros. ¡Los toros, espectáculo perseguido hoy por su crueldad a pesar de haber rebajado mucho la violencia y haberse refinado casi hasta lo infinito! Greenpeace y las defensoras de los derechos de los animales se llevarían las manos a la cabeza. Pero como puede verse, el debate no es nuevo:</p> <p>“El pobre Andrés bajó la cabeza, porque había leído, como los demás españoles, los estúpidos discursos filantrópicos que los aprensivos y las almas apocadas han lanzado contra las corridas de toros, uno de los más nobles entretenimientos que haya podido el hombre contemplar”.
<br />Página 15.</p> <p>Desde luego es innegable que la enjoyada prosa del francés toma fuerza y sangre, brilla con admiración y palpita, vive, cuando describe las suertes, al torero y su valor, y la adhesión con que el pueblo experimentaba la fiesta.
<br />Aunque también es preciso aclarar que, si bien la prosa, como decía antes, es enjoyada, no con esto quiero decir que sea lenta o excesivamente descriptiva, de hecho él se medio burla de autores como Balzac por esa tendencia a extenderse tanto. Pero, claro, en comparación con la prosa desnuda, casi esquelética, enflaquecida, minimalista de tantos autores contemporáneos que han renunciado al adjetivo y a todo adorno, su observación de pasamanerías, brocados, lentejuelas y materiales, por ejemplo, resulta poética, brillante, y preciosa como una fíbula en una caja de pedazos de acero inoxidable.
<br />La historia nos muestra a un autor muy capaz de la tragicomedia, capaz de ver con humor e ironía la realidad doliente de la vida, de convertir en asunto gracioso la –torpe- investigación policial de un navajazo que es, en sí, un intento de homicidio. Dos parejas de españoles que representan la tradición y la modernidad traída de Inglaterra, Francia y Alemania resultan no ser tan compatibles como hubiera podido pensarse. En la pareja acomodada el hombre se siente majo, amante de los toros, sencillo; ella solo piensa en dúos de Bellini, telas traídas de la pérfida Albión y apariencias. En la pareja del pueblo, la maja no se siente enamorada del torero pero encarna a la perfección la belleza y la honestidad de espíritu de la mujer virtuosa; y el torero la persigue presa de los celos, unos celos telúricos, brutales, sangrientos, posesivos y destructivos hasta sus últimas consecuencias.
<br />¿El desenlace? El placer del lector que lo descubra.</p> <p>Deliciosa obra para amantes de la literatura del XIX, para amantes de la literatura francesa, para amantes de las costumbres españolas y, en general, para los amantes de la Literatura con mayúscula.</p></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-58964738620691221642011-08-11T17:11:00.001+02:002011-08-22T17:22:42.573+02:00Que siga el baile<div style="text-align: center;"><a href="http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php">La biblioteca imaginaria
<br />Sergio Torrijos Martínez
<br />11/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">El autor de esta novela y de otras de igual cariz tiene un serio problema: si en lugar de llamarse Ibáñez se apellidara Olsen, Jensen, Firgunson o cualquier nombre escandinavo o extranjero triunfaría pero se llama Ibáñez, no nació en las gélidas tierras nórdicas, sino que lo hizo en Santander, es español, y aunque sea capaz de crear novelas buenísimas eso no es suficiente para sacarle de un semi-anonimato. Siempre aparece en las listas de los padres y referentes de la novela negra española, aparece empecinadamente entre un quinteto de buenos escritores, pero parece ser que se le niega el pan y la sal, algo muy propio de este país, sino recordemos nuestra historia.
<br />Ibáñez no tendrá una buena imagen, no aparecerá en los medios de comunicación con opiniones cuestionables, no montará ningún cirio en ningún programa, no sumara a sus espaldas titulares, no, es hombre discreto pero desde su anonimato o desde su ostracismo es capaz de crear algo verdaderamente complicado, novelas de género, pero de las buenas, personajes creíbles, de los que no se olvidan, y tramas que recuerdan todo lo sórdido del género humano.
<br />Esta novela que nos ocupa, es una novela en la que las líneas aparecen de manera continua, esas líneas finas, en algunos momentos tan sutiles que casi se deshacen al mirarlas, que nos indican donde se halla la legalidad o la ilegalidad, lo honesto o lo ilícito, si una persona es honrada o simplemente su actitud es poco más que reprobable, si un policía es honesto o deshonesto, en fin, líneas que marcan una frontera, un lugar que a veces, sin darse cuenta se traspasa, se cruza y sin ser consciente de ello te encuentras fuera de ello. Ibáñez es experto en esas lides, en esas líneas, en esos personajes que viven en el límite de lo permisible, que sus acciones son tan discutibles como reprobables, que están en la legalidad a un único paso de un delito.
<br />Pero la novela es mucho más, es un buen trabajo de un escritor avezado, que usa un lenguaje similar a un serrucho, fuerte, brusco, a veces violento, pero otras veces eficiente y en algunos casos, cuando el autor quiere, bello: “La clínica Virgen del Tobosoestaba en las afueras de Mirasierra, uno de los barrios residenciales del norte de Madrid, cerca de la N-1. Los dientes negros de la sierra se recortaban en un cielo plomizo. No eran negros del todo, aparecían algunos destellos violáceos, como si el aire allí arriba tuviera ese color; la nieve mellaba las cimas más altas.” Pag. 158.
<br />En otros momentos, violento y desabrido: “Me erguí, me acerqué a él y le arreé un bofetón. Sonó como una rama de higuera tronchándose. El tipo retrocedió, lívido, con la mano en la mejilla, mirándome. Su sentido de la hospitalidad no le permitía devolverme el golpe.” Pag.205.
<br />El lenguaje es muy destacado, con un sentido muy fuerte a la hora de crear sensaciones, sensación de velocidad, de inestabilidad e incluso de violencia, se percibe en toda la novela esa sociedad de autor con el lenguaje y que nos transmite una serie de ideas que nos llevan a bares de alterne, personajes turbios, con pasados aún más turbios, gente que calla porque hablar condena y sobre todo gentes desesperadas.
<br />Los personajes son de una gran finura, el autor precisa de dos líneas para bosquejar cualquier retrato humano, con cuatro líneas sabemos su vida y milagros y si se amplía a la sexta, tenemos su ficha policial. “Su cara atezada era la de un hombre sobre los sesenta años que hacía cuarenta que se ganaba la vida como policía. Su cuerpo era menudo y su calavera pequeña. Usaba gafas con los cristales al aire cuya levedad no encajaba con su expresión de encargado de la llave del gas en Mauthausen. Vestía a la antigua: terno gris, camisa blanca y corbata limpia y discreta. Por descontado, desconocía lo que era sonreír, tampoco sus palabras conocían el registro suave.” Pag. 174.
<br />La trama, como buena novela de género, tiene recovecos, recodos estrechos y sinuosos y abundantes planos, en algunos momentos se pierde y en otros aparece, creándose una finísima tela de araña que nos atrapa en la lectura y no podemos cesar de leer y leer.
<br />La edición es mucho más que correcta, muy adecuada al género, con formato pequeño muy útil para leer en cualquier lado y presentación esmerada, existe una errata en la página 175 como única mácula.
<br />En resumen, una novela verdaderamente buena, de género, de las de verdad, no de esas livianas que nos bombardean desde el extranjero, una novela de una pieza con personajes del mismo tono, una novela dura, por momentos irritante y por otros sorprendente. A los enamorados del género negro no nos decepcionará, del autor ya sabemos sus mañas, a los nuevos que se acerquen a él, descubrirán a un autor de primera línea, capaz de crear con muy poco, un mundo poderoso, vivo, por momentos desabrido pero tan real y genuino que nos atrapa y la novela parezca de devora nuestro tiempo y no al revés. Que lo disfruten.</div><p></p> </div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-38331654983473426772011-08-08T18:09:00.001+02:002011-08-22T18:12:54.760+02:00Un paria de las Islas - Joseph Conrad<div style="text-align: center;"><a href="http://www.elplacerdelalectura.com/2011/08/un-paria-de-las-islas-joseph-conrad.html">El placer de la lectura
<br />Ariodante
<br />08/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">La portada de esta nueva edición nos avanza algo de lo que encontraremos en su lectura: la figura del pintor Gauguin, autorretratado con una de sus tahitianas esperando en el lecho. Tenemos la imagen del autoexiliado artista, que se enclaustra en una isla polinesia y trata de vivir y amar “como un salvaje”, como un paria, desde el punto de vista del mundo civilizado. En esencia, la narración de Conrad tiene este tema: el exilio –en este caso, forzado- de un blanco en plena jungla malaya, su amor por una indígena musulmana y la traición a su protector, a su propia cultura. Amor/odio, culpa/castigo, enfrentamiento racial y cultural…. Ideas todas ellas recurrentes en la obra del escritor.
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<br /><span id="fullpost">Willems es un holandés protegido del capitán Tom Lingard, el <span style="font-style: italic;">rajá Laut</span>, legendario marino que domina el comercio de la zona malaya, que le acoge como una más de sus adopciones, procurándole empleo y esposa, una mestiza portuguesa-malaya a la que detesta. Pero comete un desfalco, y una vez más ha de escapar, abandonando esposa e hijo; el <span style="font-style: italic;">rajá Laut</span> le oculta en su escondido puesto comercial de Sambir, a las orillas del río Pantai. El lugar donde Lingard tiene las fuentes de su negocio, y que viene manteniendo en secreto durante años. Su lugarteniente, Almayer, otro protegido de Lingard, ve peligrar posición y futuro con la llegada del intruso. Mientras tanto, en asentamientos cercanos de antiguos piratas del río, el tuerto Babalatchi urde una intriga para enfrentar a los blancos entre sí –único modo de vencerles- y conseguir que el gran Abdullah, importante comerciante árabe se haga con el negocio de Lingard, hasta ahora intocable. Y el medio para todo ello es Aissa, la bellísima hija del ciego y viejo Omar, que ha atrapado en sus redes amorosas a Willlems.
<br />Así que tenemos un doble eje: la pasional historia de amor, y a la vez, la de una traición. El enfrentamiento casi mesiánico entre Lingard y Willems, que Freud analizaría como la rebelión del hijo contra el padre, del deseo de suplantarlo, la lucha por el poder, y a la vez, la eterna batalla de los sexos: el insondable misterio femenino simbolizado aquí por Aissa, que apenas entiende las palabras de Willems pero tiembla al sentir sus caricias, y el poder de atracción que a su vez ejerce y perturba al holandés, cuya simple visión del pelo azabache resbalando sobre su cuerpo oscuro y brillante, le hace olvidar quién es.
<br />Segunda novela de <span style="font-weight: bold;">Joseph Conrad</span>, (Berdyczów, 1857- Bishopsbourne, 1924) escritor polaco de nacimiento y británico de adopción, que nos narra en <span style="font-style: italic;">Un paria de las Islas</span> –escrita en 1896- episodios de personajes ya vivos en su primera novela, (<span style="font-style: italic;">La Locura de Almayer</span>, 1895) como el capitán Tom Lingard, Almayer y su hijita Nina, el viejo pirata Babalatchi, o el comerciante Adbullah. Sin embargo, la acción de esta novela transcurre en años previos a la época en que se sitúa la anterior. El propio Conrad, en una nota previa, escrita en 1919, se refiere a sus propias dudas al plantearse si debía seguir escribiendo o no; aún no tenía decidido por completo dedicarse a la literatura. También hace referencia a las personas reales que le inspiraron el personaje de Willems.
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<br />Estructurada en cinco partes, en las que primero nos presenta a los personajes y los hechos que llevan al exilio de Willems y su estallido de amor; después el desarrollo de la intriga y la preparación de la traición durante la prolongada ausencia de Lingard; en la tercera parte, el retorno de Lingard y el reconocimiento de los hechos; la cuarta, el castigo que el viejo marino impone a holandés: algo peor que la muerte, para un culpable: la vida. La vida, desterrado en soledad con su culpa. En la última parte Almayer, que teme un posible regreso de Willems, planea su particular venganza.
<br />Podemos ya entrever los rasgos de personajes que irán surgiendo de su pluma, pero, sobre todo, intuimos las preocupaciones del marino Conrad en esos años precisamente en los que se plantea cambiar radicalmente su vida y abandonar la mar para asentarse en tierra y dedicarse a escribir. El escritor, tras su viaje al Congo remontando el río que inmortalizó en <span style="font-style: italic;">El corazón de las tinieblas</span>, llegó al límite de lo que podía soportar en su vida errante, marinera y colonial. Y poco después echó el ancla en Inglaterra y en la literatura, para siempre. En la novela, tanto Willems –por su delito- como el propio capitán Lingard –por la traición- se ven compelidos a un cambio radical en sus vidas.
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<br />Imagen recurrente es la de la naturaleza, casi como otro personaje más: el impacto de esos atardeceres, la lluvia torrencial, el fragor del río, la exuberancia de color de la vegetación selvática, el canto de las aves nocturnas y el olor a tierra húmeda, son descritos por Conrad de un modo tan apasionado como si describiera un encuentro amoroso. También el choque entre razas, entre distintas lenguas: cómo Aissa intenta entender lo que le dice Willems, pero lo único que entiende realmente es su pasión. El encuentro entre sexos suele ser siempre oscuro y misterioso en la obra Conrad .El misterio de la mujer, tanto Joanna como Aissa representan un pozo insondable para Willems, como para todos los hombres; la presencia perturbadora de la mujer, de la hembra, genera todo un terremoto. La violenta reacción del holandés cuando ella aparece envuelta en el velo, para presentarse ante Abdullah le resulta incomprensible. Por otra parte, el amor paternal del capitán hacia el hijo pródigo que le traiciona, le compele al castigo, a la venganza, y ha de decidir la vida o la muerte. ¿Qué es más terrible, morir o vivir en la indignidad?
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<br />Con una nueva traducción correcta, si bien en algún punto mejorable, Barataria nos presenta un producto bien diseñado y maquetado, como suele ser habitual en esta editorial. Conrad siempre es bienvenido y esperamos que sea lectura obligada para todo buen amante de la literatura universal.</span>
<br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-37933164056112912612011-08-05T10:30:00.000+02:002011-08-22T10:32:10.016+02:00La mirada incisiva sobre la plástica de José María Moreno Galván<div style="text-align: center;"><a href="http://www.elcorreoweb.es/cultura/128003/mirada/incisiva/plastica/jose/maria/moreno/galvan">El Correo de Andalucía
<br />Alejandro Luque
<br />05/08/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;"><div class="entradilla_noticia"><h2>Barataria recupera el ensayo titulado ‘Autocrítica del arte’ de este periodista nacido en La Puebla de Cazalla</h2></div> <p>Entre los rescates de diversa índole que viene realizando desde el comienzo de su andadura la editorial Barataria, afincada en Sevilla, pocos tan felices como el recientemente aparecido <em>Autocrítica del arte</em>, un conjunto de ensayos del periodista y escritor José María Moreno Galván (La Puebla de Cazalla, 1923-Madrid, 1981) que supone por sí mismo <strong>una rotunda reivindicación de la figura de su autor</strong>. </p> <p>Fechados en su primera edición en 1965, el por entonces crítico de la revista <em>Triunfo</em> se propuso analizar "<strong>el comportamiento civil del arte contemporáneo</strong>", tratando de "deducir la anatomía de nuestra historia próxima a partir de la fisonomía de nuestro arte más inmediato y, al contrario, de extraer de la fisiología del cuerpo social la psicología del arte contemporáneo", afirma.</p> <p>Con tan ambicioso proyecto, Moreno Galván <strong>comenzó a examinar el devenir de las vanguardias plásticas</strong>, partiendo del aformalismo como "resultado final de un largo proceso de la pintura contra la pintura" y concluyendo en el significado de Picasso para la creación artística contemporánea. "Picasso -escribe Moreno Galván- es quien en el panorama contemporáneo viene a decir: cierto, la representación es un problema de procedimiento, mientras que la realidad es un problema de sustancia, pero, ¿y la abstracción?. <strong>La abstracción viene a ser, una vez más, un problema de procedimiento</strong>". </p> <p>El recorrido de Moreno Galván por<strong> los intrincados caminos renovadores de la plástica del siglo XX</strong> le hizo replantearse las lecturas históricas que se habían practicado hasta entonces y las nuevas preguntas que habrían de hacerse críticos y creadores en todos los campos: formas, composiciones, inspiración, implicación social... </p> <p>"La superación consiste en un cambio de objetivos artísticos, en la fijación de metas de mayor alcance", escribe Moreno Galván en las últimas páginas del libro. "El objetivo del aformalismo no era la in-forma, sino la liberación expresiva", agrega. </p> <p>Hermano del pintor <strong>Francisco Moreno Galván</strong>, el sevillano se convirtió durante los años 60 y 70 en uno de los críticos de arte progresistas más influyente, como autor de numerosos catálogos de exposiciones de arte y colaborador habitual de revistas señeras como <em>Artes</em>, <em>Triunfo</em> y <em>Nuestro Tiempo</em>. Actualmente, el Museo de Arte Contemporáneo de su localidad natal lleva su nombre, al igual que una calle de la capital hispalense. </p> <p>En palabras de Francisco Calvo Serraler, "como crítico de arte, puede considerarse decisiva la intervención de Moreno Galván en un momento crucial del arte español en el que salía de un aislamiento patético, ya que no sólo fue <strong>un incansable apoyo para nuestros jóvenes artistas de vanguardia</strong>, que entonces despuntaban a través de artículos y monografías, sino que además realizó una amplia reflexión histórica y doctrinal sobre ese proceso de transformación", dice.</p> <p>"Esta oportuna defensa de la <strong>necesidad de salir del autarquismo cultural</strong> que hasta entonces se vivía supo combinarla Moreno Galván con la precisión de las características de la tradición local", apostilla el crítico madrileño.</p></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-79984645341393980272011-07-28T18:23:00.002+02:002011-08-22T18:29:06.356+02:00Los canallas<div style="text-align: center;"><a href="http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php">La biblioteca imaginaria
<br />Sergio Torrijos Martínez
<br />28/07/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">Novela sorprendente, plagada de asuntos turbios, de seres desalmados, de chanchullos, de crímenes, de mafia y de policías. Una nueva mirada a un mundo inagotable para la novela negra, de nuevo la mafia, la lucha contra ella, la infiltración entre sus filas, la vida de los policías, el tortuoso camino de entrar en la ilegalidad para luego, de pronto, volver a luchar con las armas de la ley contra ellos. El escritor, oriundo de Chicago, nos retrata un mundo que nos parece muy afín por los esfuerzos del cine, pero que aparece tan bien retratado y tan bien representado que parece tan real cómo en realidad es.
<br />Los protagonistas de la novela se incrustan en aquel sub-mundo, viven en él, luchan contra él y en algunos casos viven de él. No es intención del novelista abarcar o describirnos el mundo de la mafia, ésta está allí como las calles de Chicago o los edificios, forma parte de la ciudad, está tan intrincada entre sus avenidas y sus casas que forma un todo con ella.
<br />Es novela de delincuentes, perfectamente retratados, de tipos duros, con años de presidio a cuestas y no un presidio limpio y delicado, no, aquí los delincuentes son de verdad, personajes que mejor sería no encontrarse nunca ni siquiera cruzarse en su camino, personas desalmadas y las circunstancias que viven o han vivido no han ayudado precisamente a que vean la vida de una manera más acomodada.
<br />Se percibe entre las páginas que el escritor ha conocido algo de ese mundo y que ha coqueteado con él, no es una idea concreta, sino que aparece reflejada cada poco, con tal viveza que nos parece que nos lo estén diciendo al oído mostrándonos que todo lo que contiene el libro tiene una capa de verdad, una pátina tan real que en algunos momentos nos hace torcer el gesto y sentir el aliento del presidio o el olor a pólvora.
<br />El engranaje interno de la novela es de gran viveza, nos empuja sin cesar página tras página y cuando nos queremos dar cuenta nos acercamos al final, un final que no por esperado es sorprendente. El autor maneja con soltura y gran solvencia las claves de la novela negra, en algunos momentos es escueto en describir un pensamiento o un hecho tortuoso, no necesita más que unas líneas para mostrarnos toda una psicología criminal, con eso basta, el resto se completa con facilidad, en otros nos describe la acción de forma rápida y vertiginosa, enganchándonos sin piedad.
<br />La edición es muy cuidada, con un formato pequeño muy acorde a facilitar una cómoda lectura, a lo que contribuye en buena medida toda la edición, sólo cabe poner un par de pegas, que llegan en forma de erratas, páginas 35 y 266, el resto es de una prístina limpieza. La editorial ha hecho una buena apuesta por este escritor y espero les aporte réditos puesto que merece la pena.
<br />En resumen una novela muy apetecible, que a cualquier lector aficionado al género negro gustará y nos permitirá conocer a un escritor no muy conocido en este país, un buen escritor que nos agradará y nos llevará en volandas a su ciudad y a sus gentes, una ciudad dura y en algunos momentos cruel, pero que deja un regusto muy particular a historia, a crimen y a novela negra.</div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-73705814374162315512011-07-17T18:31:00.000+02:002011-08-22T18:35:30.879+02:00Sin lengua - Vladímir Korolenko<div style="text-align: center;"><a href="http://es.paperblog.com/korolenko-617530/">Paperblog
<br />Anarod
<br />17/07/2011</a>
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<br /><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span>Quienes amamos la literatura rusa vivimos una época dorada: se reeditan títulos clásicos (en ediciones y traducciones que vienen a renovar (y arramblar, ¡ay) nuestros precarios tomos de juventud, y, a la vez, aparecen (profusamente) obras de autores que (al menos yo) desconocíamos.</span>
<br /><span>Una de mis últimas lecturas es la novela "Sin lengua" (1895) de Vladímir KOROLENKO, publicada por la editorial Barataria.</span>
<br /><span></span><span>Ha sido una lectura gozosa, por los exquisitos detalles (Nabokov no tiene la patente, aviso) con que este autor, al que se le considera maestro del celebrado Gorki, nos muestra y cuenta los avatares de los emigrados rusos a Norteamérica a finales del XIX. Y también el gozo proviene de del humor y la ironía (equidistante) con quie enfoca uno y otro mundo: el de los recién llegados, con sus expectativas y el de los que ya están allí,con su experiencia y...</span>
<br /><span>Lo interesante de la novela es que, para cada uno de estos "bandos" (situaciones, vivencias, mentalidad), Korolenko ofrece una bicefalia muy interesante: por un lado los entusiastas y por otro los escépticos.</span>
<br /><span></span><span>Repito: Desde la partida (con sus razones y expectativas: ("-Oye, ¿qué clse de libertad piensas tú que será la de ellos?", pág. 25)), el viaje y sus incidencias, casi un microrrelato (espléndido lo tocante a la fragilidad y los "peligros" que conllevaban tales travesías: ¡el Océano!, una palabra casi perdida), la llegada y la exploración de la ciudad (Nueva York), los sueños en ciernes, las peripecias que obligan a entrar en el entramado de la vida social... el adentramiento en el interior o (lo que luego conoceríamos como la América profunda)...</span>
<br /><span>Podría reproducir muchos párrafos, pero... estoy convaleciente y...</span>
<br /><span>Esta la visión/impresión de la libertad:</span>
<br /><span></span>
<br /><span>"Iván dio con el codo a Matvéi:</span>
<br /><span>-¿Lo ves? El checo dijo la verdad.</span>
<br /><span>Matvéi miró hacia delante. Allí, sobresaliendo entre los altos mástiles de los buques más altos, se alzaba una enorme figura de mujer con un brazo en alto. Empuñaba una antorcha, mostrándola a todos los que llegaban a tierras de América." (pág. 33)</span>
<br /><span></span>
<br /><span></span>
<br /><span>Nílov (aunque aparezca muy al final) es sin duda, mi pesonaje preferido: por la profundidad que esconde y por lo que del alma atormentada rusa tiene... pese a que no es el prota o el conductor o el que motiva el acontecer... Sí es el que condensa lo que a mí me interesa de lo del alma rusa, auqnue aquí no se explaye o desgrane con los pormenores a que nos tienen acostumbrados los Turgueniev o Dostoievsky, por citar dos autores que se han detenido en esos nihilistas espirituales.</span>
<br /><span>Nílov es un personaje agazapado, cuya acción aún está por venir, en el hipotético retorno a la madrecita patria.<img style="display: inline;" src="http://m1.paperblog.com/i/61/617530/korolenko-L-Mhyz9N.jpeg" alt="KOROLENKO" title="KOROLENKO" /></span>
<br /></div><span>
<br /></span></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-33905539317427388042011-07-16T13:08:00.000+02:002011-08-23T13:09:50.160+02:00Sin lengua – Vladímir Korolenko<div style="text-align: center;"><a href="http://www.elpais.com/articulo/portada/lengua/elpepuculbab/20110716elpbabpor_26/Tes">El País
<br />Francisco Solano
<br />16/07/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">Entre el cosmopolitismo artístico de Turguénev y la literatura programática de Gorki, la obra de Vladímir Korolenko (Ucrania, 1853-1921) encuentra su mejor expresión en la atención a la epopeya de las clases más deprimidas en su esfuerzo por salir de la miseria. Con una prosa que se sostiene en una mirada que abarca tanto el ridículo como la nobleza de la ignorancia, Korolenko es acaso el autor ruso de su época que mejor se ha servido de la crónica para contar el desplazamiento de los campesinos y su lucha por una vida más digna. Hacía tiempo que no circulaba en nuestro país ningún libro de Korolenko. A finales de la década de 1950 Aguilar publicó un volumen de <i>Obras escogidas,</i> de donde se ha extraído <i>Sin lengua,</i> sobre la emigración del campesinado ruso a Estados Unidos, en aquella traducción de Luis Abollado, quien consideraba con razón a Korolenko el mejor representante del realismo ruso. Su publicación no puede ser más oportuna en un momento en que la emigración sigue siendo hoy un problema de supervivencia y adaptación que no tiene trazas de resolverse con buenos propósitos, ni por parte de los que llegan, obligados a realizar cualquier trabajo, ni por parte de los nativos del país de afluencia, que sufren otra forma hiriente de precariedad. Esta colisión, con el añadido de la dificultad para entender la lengua, conforma la historia de aturdimiento y desazón del campesino ucranio Matvéi, que no acaba de sentirse acogido en el caos de la Nueva York de finales del XIX, con su capitalismo tan ramplón como abierto a la fuerza bruta del trabajo. La lectura de <i>Sin lengua</i> sorprende por su enérgica veracidad, y permite apreciar la extraordinaria capacidad descriptiva de Korolenko, que concibió la novela tras una visita a la Exposición de Chicago de 1893. Y es evidente cuánto deben a esta obra las escenas cinematográficas de la arribada de los barcos con los emigrantes contemplando, atónitos, tras la niebla, "una enorme figura de mujer con un brazo en alto".</div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-2056569653337433822011-07-04T18:39:00.001+02:002011-08-22T18:43:55.078+02:00Personas en la sala - Norah Lange<div style="text-align: center;"><a href="http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php">La biblioteca imaginaria
<br />Eva Monzón Jerez
<br />04/07/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">Personas en la sala, novela escrita por Norah Lange, publicada por la editorial Barataria, es una obra que vale la pena leer despacio, sin prisas para dejarse llevar por el juego que la autora nos propone.
<br />Norah Lange (1905-1972), poetisa y novelista argentina, publicó varios poemarios, autobiografías y novelas, la última no la vio publicada en vida. Perteneció a un grupo de escritores y artistas vanguardistas que se creó en Buenos Aires en los años veinte, donde ella era la única mujer. Se casó con Oliverio Girondo, fue amiga de Gómez de la Serna y musa de José Luís Borges, siendo este quien la apadrinó en su carrera de poeta.
<br />Esta novela, Personas en la sala, es un espejo dentro de otro espejo y donde cada uno puede ver lo que crea que hay. Es un juego de observadores y observación. La protagonista, una joven introvertida, un tanto inestable, para nada satisfecha con la vida que lleva, una que nos deja entrever como la integrante de una familia burguesa acomodada, en la que no encuentra atención ni futuro.
<br />La novela está llevada solo por su punto de vista, así que es engañosa: lo que nos comenta podría ser simplemente un diálogo consigo misma y su imaginación desbordada, anhelante de que algo interesante suceda en su vida.
<br />La joven aparta su vida y la traslada a observar a un trío de mujeres que habitan la casa de enfrente, cuando por casualidad las vislumbra en una tormenta, bajo la fugaz luz de un relámpago. Queda admirada del cuadro, y a partir de ese instante, no dejará de espiarlas a través de su ventana, obsesionada hasta el punto de vivir solo para ellas. Las visitará, quizá en su imaginación, quizá no, ya que las pocas veces en las que la narrativa la deja a ella para apoyarse en los demás, parece desmentir las tardes en las que la protagonista va conociendo, intimando y viviendo una amistad con esas personas en una sala que quizá nunca pisó. Nos intriga con esas frases elegantes, sobrias y nos implica en ese voyeurismo del voyeur, introduciéndonos en la mente de esa joven obsesiva mientras nos atrapa en su imaginación.
<br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-91168283906111553122011-06-27T18:51:00.002+02:002011-08-22T18:54:21.126+02:00La mampara - Marta Brunet<div style="text-align: center;"><a href="http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php">La biblioteca imaginaria
<br />Eva Monzón Jerez
<br />27/06/2011</a>
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<br /><div style="text-align: justify;">La Mampara, de Marta Brunet, editado por Barataria, es una novela de una belleza y sencillez innegable.
<br />Marta Brunet (1897 -1967), chilena, dedicó su vida a la escritura, al periodismo y a la diplomacia, recibió el Premio Nacional de Literatura en 1961 y tuvo una muerte novelesca: falleció mientras leía el discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de las Letras. La descubrió un crítico literario, Alone, que, deslumbrado por su prosa, la ayudó a lanzar su primera novela, la que sería Montaña Adentro, y desde donde se hizo imparable.
<br />La Mampara, una novela mínima en su extensión pero grande en su contenido, nos muestra la vida de un puñado de mujeres, y sus relaciones entre ellas y con sus vidas.
<br />Con una elegancia en las frases, casi mágicas, nos describe el ambiente, cerrado, opresivo, vulgar, mísero de la madre y las hijas; nos cuenta sus inquietudes, su rutina, los pasos que dan cada día, inexorables, labrándose un círculo cerrado donde su apertura es casi imposible, cualquier incidente mínimo, las perturba.
<br />Nos describe dos modos de vida, uno que desde el principio nos lastra por sus miras tan cortas y otro, representado por la hija más joven, que en anacronismo con la vida dura y sacrificada de la madre y la hermana, parece vivir más allá de las posibilidades; fiestas, vida sin horarios, mimos constantes, pero a pesar de todo, controlados, como el teléfono, único lujo apenas, que engarza los dos mundos: las llamadas que se hacen por necesidad, y las que se esperan para entrar en ese universo de lujos. Uno que se nos cae encima, cuando la narración pasa a ella, a la más joven, para mostrarnos cómo se siente realmente en él.
<br />La mampara de la puerta de entrada a la casa, con los reflejos de colores de sus vidrios, nos introduce a ese mundo espeso, parado, atascado en la vida que les tocó vivir y nos despide, al contarnos ella, ese otro mundo al que tuvieron que renunciar.
<br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-34166635092723874802011-06-09T11:48:00.003+02:002011-06-09T12:07:37.735+02:00Del libro a la pantalla: «Un paria de las Islas»<div style="text-align: center;"><a style="font-weight: bold;" href="http://www.cinearchivo.com/site/fichaLibro.asp?IdRubText=6112">Cine Archivo</a><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.cinearchivo.com/site/fichaLibro.asp?IdRubText=6112">Christian Aguilera</a><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.cinearchivo.com/site/fichaLibro.asp?IdRubText=6112">09/06/2011</a><br /><br /><span style="font-size:100%;"><br /></span><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"><span style="font-size:100%;">Tan sólo había transcurrido un año desde la edición de su primera novela, <em><span style="color:#339966;">La locura de Almayer</span></em> (1895), cuando vio la luz la segunda de las obras de ficción de Joseph Conrad (1857-1924), <em>Un paria de las islas</em> (1896). Un tiempo relativamente corto que podría hacer pensar en la celeridad de Conrad por dar rienda suelta su vena de narrador, pero este juicio apriorístico queda desmentido por él mismo en la suerte de prefacio o introducción que acompaña la presente edición. Éste «culpabiliza» a su editor, Edward Garnett, por impelirle a escribir <em>The Outcast of the Islands</em> en un tiempo en que Conrad se encontraba en una «encrucijada» de orden personal (su voluntad por hacer de la navegación su modus vivendi) que finalmente resolvería a favor de la escritura, a la que se encomendaría a lo largo de una treintena de años. Tiempo que dedicó a moldear, a perfeccionar un lenguaje «difícil» de exportar, que trabaja desde el «interior» de los personajes. Si bien es cierto que a</span><span style="font-size:100%;">ún faltaban por llegar las obras que le distinguirían como uno de los aventajados <span><img alt="" src="http://www.cinearchivo.com/Site/Fotos/Films/Image/Image6/JOSEPHCONRAD1.bmp" align="left" border="0" hspace="2" /></span>prosistas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX —<em>Los duelistas</em>, <em>La línea de la sombra</em>, <em>El corazón de las tinieblas</em>, <em>Lord Jim</em>—, en <em>Un paria de las islas</em> esa forma de articular sus escritos sobre la base de monólogos interiores, multiplicidad de puntos de vista narrativos y constantes saltos en el tiempo ya estaba en primer plano. </span> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" ><span>Se ha señalado que Joseph Conrad podría ser una especie de pionero en relación a la introducción de lo que hoy en día se denomina </span>«modernismo literario». Pero por encima de estas valoraciones que tienen un poso de verdad, Conrad se sitúa como un punto de unión entre la literatura romántica servida por sus contemporáneos y algunos de sus antecesores, y los primeros escritores del siglo XX preocupados en refundir historias de un marcado cariz psicológico —en una época donde la influencia de Freud y sus acólitos de dejaba sentir en distintas disciplinas artísticas (pintura, cine, teatro y, cómo no, literatura, entre otras)— con una prospección en extremo realista. Algunos de los que se refieren con cierta displicencia a autores del sesgo de popularidad de Stephen King, quien cultiva el concepto de «literatura torrencial» —por su afán de recrearse en los más nimios detalles, dedicando numerosas páginas a tal cometido—, deberían pensar que éstos tienen en Joseph Conrad, al que hoy en día nadie discute su talento literario, uno de sus precursores más ilustres. </span><br /></div><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" > </span><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" ><br /></span><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" ><strong><span style=" color: rgb(51, 70, 88); font-family:Arial,Helvetica,sans-serif;" ><span style="color:#669933;"><strong>La adaptación «visual» de Carol Reed & William Archibald</strong></span></span></strong><br /></span><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" ><strong> </strong><br /></span><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> <span style="font-size:100%;"> <div>Después de haber filmado <em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1222&IdPerson=16052"><span style="color:#800000;">El tercer hombre</span></a></em> (1949), el título al que se le suele asociar, <a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=16052"><span style="color:#0000ff;">Sir Carol Reed </span></a>con el concurso del guionista William Fairchild trató de ajustarse a la esencia del relato del escritor de origen ucraniano pero buscaron acomodarse a un lenguaje fundamentalmente cinematográfico en el que lo visual ganara peso frente a lo meramente narrativo. Es decir, el reto<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1223&IdPerson=16052"><img alt="" src="http://www.cinearchivo.com/Site/Fotos/Films/Image/IMAGE20/DESTERRADOISLAS1.bmp" align="right" border="0" hspace="2" /></a> de <em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1223&IdPerson=16052"><span style="color:#800000;">El desterrado de las islas</span></a></em> (1951) consistía en explicar la historia a través de las imágenes sin necesidad de hacer «ostentación» de un lenguaje oral extraído de las páginas del libro de Conrad que hubiera podido «minar» la credibilidad de la propuesta. El paradigma de esta manera de proceder reside en el personaje de la nativa Aissa (Kerima) —objeto de deseo por parte del «desterrado» Peter Willems (<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=1059&IdPelicula=1223"><span style="color:#0000ff;">Trevor Howard</span></a>)— que, si bien a través de la lectura de la novela conocemos al detalle cada uno de sus pensamientos, en el film representa una joven muda; su lenguaje corporal y la intensidad de su mirada ofrecen las pautas para que el espectador pueda traducir/interpretar lo que maquina su mente. </div> <div><span> Varios fueron los temas que captaron el interés de Reed de la novela de Conrad y que, a la postre, le llevó a embarcarse en un proyecto que le situaba allén de las fronteras de su país de nacimiento. Precisamente, uno de ellos sería el retrato de un individuo desterrado, proscrito, fuera de la </span>«jurisdicción» moral y social de su país de origen, toda una constante en su filmografía que <em>repele</em> cualquier tentativa de alimentar la figura del «héroe» de comportamiento inmaculado. Willems desarrolla, pues, el rol que en los films precedentes de la singladura profesional de Reed habían cumplido los personajes encarnados por <a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=1467"><span style="color:#0000ff;">James Mason</span></a> (<em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1220&IdPerson=1467"><span style="color:#800000;">Larga es la noche</span></a></em>), <a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=1678&IdPelicula=1223"><span style="color:#0000ff;">Ralph Richardson</span></a> (<em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1221"><span style="color:#800000;">El ídolo caído</span></a></em>) u <a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=16146&IdPelicula=1222"><span style="color:#0000ff;">Orson Welles</span></a> (<em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1222&IdPerson=16052"><span style="color:#800000;">El tercer hombre</span></a></em>). Asimismo, se da pie en la novela de Conrad para que Reed integre a su propio<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1223&IdPerson=16052"><img alt="" src="http://www.cinearchivo.com/Site/Fotos/Films/Image/IMAGE20/DESTERRADOISLAS2.bmp" align="left" border="0" height="222" hspace="2" width="290" /></a> ideario las relaciones paternofiliales sozujgadas por un vínculo no-biológico sino más bien condicionado por los avatares de la vida. Sin embargo, el cineasta británico no acaba por desarrollar a pleno rendimiento el potencial que tenía entre manos en cuanto al «protectorado» que ejerce el capitán Tom Lingard (un desdibujado Ralph Richardson cuya caracterización recuerda al Mister Arkadín encarnado por Orson Welles, el actor inicialmente previsto para dar vida a Willems) sobre su indisciplinado y altanero discípulo. Con la intención de entrar en materia, Carol Reed dejó en el aire las motivaciones del personaje de Lingard, centrándose en radiografiar el mundo «interior» y «exterior» de Willems, asumiendo la función de motor de la acción que conlleva una permanente fragilidad emocional debido a ese sentimiento ambivalente que ocupa y preocupa a aquellos representantes de la raza blanca dispuestos a hacer valer su hegemonía en territorios exóticos susceptibles de colonizar. Merced a ese juego de atracciones-repulsiones avanza el relato que tiene en la familia de Almayer —compuesta por un orondo e inmaduro Elmer (<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=1204&IdPelicula=1223"><span style="color:#0000ff;">Robert Morley</span></a>), su esposa (<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=1806&IdPelicula=1223"><span style="color:#0000ff;">Wendy Hiller</span></a>) y la hija de ambos, Nina (Annabel Morley)— a la que Conrad dedicó el núcleo de su primera novela —<em>La locura de Almayer</em>— otro de los puntos de anclaje para tomar la <em>temperatura</em> de esa ambigüedad moral que preside el comportamiento de esos extranjeros asentados en un territorio que juzgan como propio debido al origen del cual proceden. Todo ello se puede extraer de las segundas o terceras lecturas que contiene <em><a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1223&IdPerson=1678"><span style="color:#800000;">El desterrado de las islas</span></a></em>; pero la primera, la que opera en la superficie, nos ofrece un relato de aventuras que bordea la perfección en su plasticidad visual, nada inusual <a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1223&IdPerson=16052"><img alt="" src="http://www.cinearchivo.com/Site/Fotos/Films/Image/IMAGE09/DESTERRADOISLAS2.bmp" align="right" border="0" height="221" hspace="2" width="290" /></a>si atendemos a lo excelentemente bien filmadas que están las producciones dirigidas por Carol Reed. Con una batería de técnicos auxiliares a su disposición que luego se erigirían en primeras espadas de la dirección fotográfica —<a href="http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaPerson.asp?IdPerson=17040"><span style="color:#0000ff;">Freddie Francis</span></a>, Gerry Fisher y Ted Moore— los operadores jefe John Wilcox y Ted Scaife ofrecen un magisterio a la hora de extraer el más máximo del potencial de un escenario único, virginal que crea, a través del blanco y negro, una suerte de espacio irreal, incluso surrealista que resulta extremadamente cercano a la composición visual que uno pueda hacer al tiempo que lee a Conrad. Sin duda, solo por ello merece detenerse en esta poco conocida y arriesgada propuesta fílmica dirigida por un Carol Reed en estado de gracia</div></span></div><div style="font-weight: bold;"><span style="font-size:100%;"><br /></span><span style="font-size:100%;"><div><div><a href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788495764294.htm">Ficha del libro</a></div></div><br /></span></div><br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-50051521201610107782011-06-09T11:28:00.002+02:002011-06-09T11:31:04.419+02:00El sello Barataria traduce al castellano la segunda gran novela de Joseph Conrad, «Un paria de las Islas»<div style="text-align: center;"><a style="font-weight: bold;" href="http://www.europapress.es/cultura/noticia-andalucia-cultura-sello-barataria-traduce-castellano-segunda-gran-novela-joseph-conrad-paria-islas-20110505140432.html">Europa Press</a><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.europapress.es/cultura/noticia-andalucia-cultura-sello-barataria-traduce-castellano-segunda-gran-novela-joseph-conrad-paria-islas-20110505140432.html">05/05/2011</a><br /><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">La editorial Barataria, de la mano de Adriá Edo Moreno, ha traducido la segunda gran novela del escritor polaco nacionalizado británico Joseph Conrad, 'Un paria de las Islas', que se podrá encontrar en las librerías a mediados del mes de mayo.</span> <p style="font-weight: bold;">En concreto, según resalta la editorial en una nota, la obra se acerca a "la exuberante naturaleza, con su misterio impenetrable, que se convierte en un fondo grandioso de la pasión que se desencadena temporalmente entre el blanco y la indígena, fuerza elemental y primitiva que al fin los aleja y los convierte en extraños, iluminando casi como un símbolo el hecho tremendo del aislamiento, de la soledad eterna que rodea a toda alma humana desde la cuna a la tumba y quizá más allá de la tumba".</p> <p style="font-weight: bold;">Cabe destacar que Józef Teodor Konrad Korzeniowski, Joseph Conrad para el mundo de las letras, nació en Berdiczew (Polonia, actualmente Ucrania) en 1857, bajo el imperio zarista. En 1886 obtuvo la nacionalidad británica y la licencia de patrón de la marina mercante de ese país.</p><span style="font-weight: bold;">En torno a 1895 abandonó la vida del mar por la vida de las letras: su primera novela, 'La locura de Almayer', se publicó en 1895 y un año después se casaba y establecía en Kent, donde en quince años escribió en inglés, su tercera lengua, relatos y novelas que pronto se convirtieron en clásicos, como 'Lord Jim' (1900), 'Juventud' (1902), 'El corazón de las tinieblas' (1902), 'El agente secreto' (1907), 'Entre tierra y mar' (1912), 'Victoria' (1915), 'La línea de sombra' (1917) y 'La flecha de oro' (1919). En 1912 apareció su peculiar volumen de memorias, 'Crónica personal'. Conrad murió en Bishopsbourne (Kent) en 1924.</span><br /><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788495764294.htm">Ficha del libro</a><br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-91247206247229431492011-06-08T12:24:00.003+02:002011-06-08T12:28:24.784+02:00Algo más sobre Diario de las especies, de @lamujerrota<div style="text-align: center; font-weight: bold;"><a href="http://lamaniadeleer.wordpress.com/2011/06/08/algo-mas-sobre-diario-de-las-especies-de-lamujerrota/">La manía de leer</a><br /><a href="http://lamaniadeleer.wordpress.com/2011/06/08/algo-mas-sobre-diario-de-las-especies-de-lamujerrota/">08/06/2011</a><br /><br /><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"><span style="font-weight: bold;">Cada cierto tiempo, cada dos o tres sábados, una vez al mes, empiezo y acabo un libro en la misma noche del sábado. Así, del 4 al 5 de junio empecé y acabé </span><strong style="font-weight: bold;"><em>Diario de las especies</em></strong><span style="font-weight: bold;">, de Claudia Apablaza (</span><a style="font-weight: bold;" href="http://twitter.com/#%21/lamujerrota" target="_blank">@lamujerrota</a><span style="font-weight: bold;">) con una particularidad: contaba en tw</span>itter opiniones e impresiones conforme avanzaba su lectura.<br />Mi hijo, cuando ve un libro nuevo en la pila que tengo a la izquierda de la mesa donde trabajo, me hace preguntas del tipo: “Papá, ¿quién te ha regalado este libro? ¿Por qué es un libro de las dos máscaras, papá?” -literal-. Rodrigo, que es hijo legítimo de Blumm, cumple hoy tres años (08-06-08). No sabe leer y por lo tanto, pienso, lleva tres años perdidos. Los recuperará.<br />Sí, Claudia, te lo confirmo: ¡me ha gustado el libro! Me ha gustado mucho el libro. Es un libro que también voy a recomendar para quien quiera leer de una (puta) vez algo diferente a lo que se escribe, bueno, a lo que se escribe y que yo leo -matiz importante-. Un libro que, como te decía en twitter, es de empezar y acabar en una noche. Como <a href="http://hkkmr.blogspot.com/2009/02/algunas-ideas-buenisimas-que-el-mundo.html"><em>Algunas ideas buenísimas que el mundo se va a perder</em>.</a><br />¿Por qué me ha gustado el libro? Algunas sinrazones:<br />1. Si eres un asiduo lector de blogs, encontrarás en <em>Diario de las especies</em> el encanto de la escritura en blogs.<br />2. Está editado en <a href="http://www.barataria-ediciones.com/" target="_blank">Barataria</a> y no en Blogger. Es papel.<br />8. ¿Quién no se ha leído nunca los ocho post de un blog de una sentada con sus respectivos comentarios?<br />3. Si quieres saber qué es la metaliteratura y cómo se escribe en formato blog, tienes que leer <em>Diario de las especies</em>.<br />4. Los títulos de las entradas, que no son los típicos y tópicos capítulos al uso, son inmejorables.<br />5. Las entradas las titula tal que así: <em>Partir la biografía</em>, <em>Plagio a Vila-Matas</em>, <em>Atentado a Nothomb</em>, <em>Los personajes, Tiempo de una novela, El final, Publicar</em> y un apéndice <em>apablazano</em> titulado <em>Personas</em>.<br />6. Se guiña un ojo a Darwin: especies de bloggers, especies de biografías, especies de anhelos, especies de literatura, metaliteratura que evoluciona, repito, que evolucioan en un formato distinto, el del blog, el del blog-meta-litera-tura-dura-se-pone-lo-litera-rio.<br />7. Se habla <strong>Vila-Matas</strong>. Se habla de literatura contada. Se habla de libros que no he leído, y esto a veces, me jode. Es una novela que formalmente deslumbra.<br />9. ¿Queréis conocer quién es la niña de los sapos? Leed <em>Diario de las especies</em>.<br />10. Arturo Belano es quien mejor comenta las entradas de A. A. Hay por ahí algún Anónimo que sabe rizar palabras pero el mejor para mí es Arturo, Arturo Belano. Su cinismo me deslumbra, ese cinismo ilustrado me pone, como el de <a href="http://lolafett.blogspot.com/" target="_blank">Lola Fett</a>.<br />11. Se habla de <strong>Bernhard</strong>. Se habla de Bernhard. Se habla de Bernhard y de una de sus obras maestras, <em>El sobrino de Wittgenstein</em>, la cual no he releído y debería hacerlo en breve, nene. Un tiempo para la lectura y otro para la relectura. ¿Tengo prestado el libro? No lo sé en estos momentos.<br /></div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">Y acabo con lo que dice Vicente Luis Mora, Tryno Maldonado -que no sé quién es- y Jordi Corominas i Julián -que me suena pero que ni idea- en la contraportada del libro:</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><strong>Mora</strong>: “harán bien en comprar la novela y enfrentarse a un texto singular, inteligente, formalmente atrevido y enamorado de la literatura, que nos invita a seguirle la pista al nombre de Claudia Apablaza”.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><strong>Maldonado</strong>: “su objetivo final no es meramente la impostura del formato digital ni la imposición de una forma novedosa por el puro gusto de inventar la pólvora. No. Lo que hay en Diario de las especies es otra cosa: literatura de la mejor cepa”.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><strong>Corominas</strong>: “Diario de las especies se asemeja a esos diarios de navegación de los marineros. La embarcación circula por una supuesta red de redes donde la autora de un blgo plantea varias problemáticas relacionadas con la novela, temas que trazan un perfil autobiográfico de infinitas voces mediante la inclusión de los comentarios de los visitantes del espacio virtual”.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-Elige una, Blumm.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-No, tres.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-Venga, tres.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-La de Mora y la de Maldonado.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-Te falta una.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-Espero la de <a href="http://www.lector-malherido.blogspot.com/?zx=dbde0e7f8bf39571" target="_blank">Juan</a>.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">-Está bien. Esperémosla rascándonos mientras aplaudís.</p><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"> </div><span style="font-weight: bold;">¿Qué no me ha gustado del libro? Las dos erratas </span><em style="font-weight: bold;">hipopotamales</em><span style="font-weight: bold;"> que tiene. Voy a empezar a cobrarlas. Si lo hubiese hecho, el libro me hubiese salido un 20 % más barato. Dos erratas, a euro cada una…Cobro las erratas desde hoy. Vía Paypal (blumm217@gmail.com). Necesito dinero para libros, para tinta y para folios. El tiempo ya lo busco yo.</span><br /><br /><a href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788492979028.htm">Ficha del libro</a><br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-33220545288206973192011-06-02T17:33:00.003+02:002011-06-02T17:40:00.400+02:00La invasiva densidad de Joseph Conrad<div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Calle 20</span><br /><span style="font-weight: bold;">Jose Ángel González</span><br /><span style="font-weight: bold;">02/0/2011</span><br /><br /><br /><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Nadie sale de Joseph Conrad (1857-1924) siendo el mismo. Su densidad es invasiva. Un paria en las islas contiene este segmento: «Miró sin ver nada, pensando solo en él mismo. Ante sus ojos, la luz del amanecer irrumpió por encima de la selva con la brusquedad de un estallido. No veía nada. Entonces, al cabo de un rato, murmuró con convicción, hablando consigo mismo a media voz, conmocionado por la intensidad de la idea: «Soy un hombre olvidado». Tan solo estas líneas deberían hacer inútil cualquier crítica, subyugar a todo amante de la narrativa... Lo demás es información prescindible: segunda novela de Conrad, editada en 1919, parábola sobre la transformación bajo el dictado cruel (y sabio) de la naturaleza... Un libro que salta sobre el lector «como lo hace nuestro señor, el tigre, cuando sale corriendo de la selva para salir al encuentro de las lanzas en poder de los hombres».</span><br /><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788495764294.htm">Ficha del libro</a><br /></div><br /><br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-43198726553401983812011-06-02T10:16:00.003+02:002011-06-02T10:22:26.102+02:00Papeles de Recienvenido y Continuación de la Nada. Macedonio Fernández.<div style="text-align: center;"><a href="http://www.ellibrepensador.com/2011/06/02/papeles-de-recienvenido-y-continuacion-de-la-nada-macedonio-fernandez-barataria/"><span style="font-weight: bold;">El Libre Pensador<br /></span><span style="font-weight: bold;">Guillermo Arróniz López</span><br /><span style="font-weight: bold;">02/06/2011</span><br /></a></div><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"></span><span style="font-weight: bold;">“Yo iba a contestar al Ministerio interpelante que no podía reinar el hambre en Alemania porque, como república que era -según se advertía por la orientación de las calles y la costumbre de que los habitantes de las casas las ocupen por dentro-, ninguna entidad puede reinar en ella”.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Páginas 41 y 42.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"><br />“Alguien dirá: <<pero otra="" vez="" de="" usted="" no="" se="" la="" experiencia="" le="" sirve="" a="" su="" edad="" cumpliendo="">></pero></span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Yo, efectivamente, entre amigos no lo haría. Mas en las biografías nada más exigido”.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Página 69.</span><span style="font-weight: bold;"><br /><br />“[...] saltarían del planeta las 298 morales, las 1.413 religiones, las 921 superioridades de raza y nacionalidad y los 198 motivos de envanecerse de habar nacido en algún punto (¡qué trabajo me dio formular tantas cifras variadas sin repetir centenas ni decenas!), cuyas despedidas entidades, encontrándose y fundiéndose, compusieran un grumo que tapara el agujero de entrada al mundo de la infatuación y la mala voluntad”.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Página 87.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"></span><span style="font-weight: bold;"><br />“Pero los 450 millones de moradores de Europa tienen una productividad mental conjunta que fácilmente impresiona, sin embargo de ser proporcionalmente, acaso, exigua hoy. No diríamos lo mismo de la Inglaterra de hace 60 años, la Francia de Voltaire, Lavoisier, Laplace, Rouseeau, Lagrange, Lamarck; de la Alemania de 1860, de la España del siglo 16. Ya hicimos salvedad de lo pasajero de las superioridades y sus causas”.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Páginas 107 y 108.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"></span><span style="font-weight: bold;"><br />“Tengo un lote de enfermedades, pero creo que con una me bastará al fin. No las combato porque no sé cuál es la que necesitaré mi último día, día que espero será muy concurrido y en el cual todo el mundo descubrirá, con un talento que siempre disimularon, que yo era buena persona (como lo proclamaba en vano)”.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Página 173.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"></span><span style="font-weight: bold;"><br />“Y se dirigió directamente a casa de Conan Doyle. Había nacido máximo pesquisante; ahorcó a éste por mal novelista policial, y rectamente fue luego hacia la tumba de Poe, sobre la que escribió: <<estás vengado="" edgardo="" poe="">>”.</estás></span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Página 193.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;"></span><span style="font-weight: bold;"><br />No es fácil escribir sobre la obra de Macedonio Fernández, ni es fácil leerla. Estamos ante dos aparentes compilaciones de artículos o brindis aparecidos, también aparentemente, algunos de ellos en diversas revistas o publicaciones de la época.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">El valor de Barataria al rescatar al autor es inmenso ante un público cada vez más ahíto de novelas sin gran calado donde los hechos se suceden continuamente. Macedonio Fernández contemporáneo y amigo de Borges y Ramón Gómez de la Serna con cuyos escritos se cierra y abre el libro respectivamente, tenía una pluma endiabladamente ingeniosa, llena de humor, de filosofía y de agudeza. Donde hay una contradicción podemos rascar hasta encontrar una duda. Donde niega lo que acaba de decir se reafirma. Donde su ironía es, como La Pampa, llana e infinita, también hay mucho más.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Macedonio Fernández ponía en tela de juicio casi todo y a casi todos, se posicionaba claramente en Literatura, y en gustos, y rechazaba de plano las estatuas y las vanaglorias vacías. Pero, más allá de estas características que saltan a la vista, ¿a qué estructura responden estos libros? ¿Son en realidad recopilaciones de artículos/reseñas/brindis a amigos y artistas o esconden una línea que los une, que les otorga una personalidad común? Macedonio parece teorizar sobre la novela y sus personajes pero nada se concreta. A veces parece que inicia una leve narratividad que se pierde sin desembocar en una historia que cuaje.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium; font-weight: bold;"><br />Su humor es algo que destacan sus contemporáneos pero yo me pregunto, ante tanta queja solapada por la falta de lectores y su insistencia en presentarse como alguien “sin importancia”, alguien que es la “Nada” y que teoriza sobre la continuación de la Nada no hay una amargura fina provocada por el éxito de escritores con mucho menos talento pero un público más amplio.</span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium; font-weight: bold;">La lectura tiene que ser reflexiva o no será en absoluto productiva porque la sonrisa que provoca su texto aparentemente contradictorio va más allá de la originalidad que lleva a la sonrisa como sucede con las agudas greguerías. Su texto contiene una filosofía, un pensamiento crítico contra normas establecidas o a favor de artistas de quienes suele evitar hablar con un elogio fácil y simple, porque eso sería lo esperable y porque eso probablemente desmotivaría al lector o al que escucha a conocer sus obras.</span><span style="font-weight: bold;"><br /><br />Especialmente agudas las “ocurrencias” de </span><em style="font-weight: bold;">El Bobo de Buenos Aires. </em><span style="font-weight: bold;">Más fáciles quizá de entender, como si fueran las crónicas de “El pobrecito hablador” pero hechas con la ironía argentina de Macedonio: “Primero anduve preocupado en advertir a muchas personas en la calle que se les estaba quemando tabaco en la punta del cigarrillo y causándoles mundo humo en la cara” (página 230); “He aquí que en un tranvía acudí en socorro del culto viajero en momentos en que el guarda lo quería obligar a comprar ese trocito de literatura que sacan de una máquina e imponen a cambio de 10 centavos” (página 231); “Como su padre puso a su hotel el nombre de <<gran hotel="">>, el hijo, poeta, subtitulaba a todo poema suyo Gran Poema. Pero no por haberlos leído transigía nadie en que el Gran Hotel fuera otra cosa que un hotelucho malo” (Página 236); o también “-Se exagera mucho sobre el aumento de la locura: en una sala donde sólo están dos personas nunca hay más de dos locos” (Página 248).</gran></span><br /></div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><div style="font-weight: bold; text-align: justify;"> </div><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.barataria-ediciones.com/humohaciaelsur/9788495764980.htm">Ficha del libro</a>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-42528024811460490492011-06-01T13:20:00.003+02:002011-06-01T13:26:07.763+02:00Algunas notas para un ensayo futuro sobre la tradición de la ruptura y otra docena de cosas que nunca leerás en tu revista de modas favorita (y II)<div style="text-align: center;"><a style="font-weight: bold;" href="http://www.elboomeran.com/blog-post/539/10773/patricio-pron/algunas-notas-para-un-ensayo-futuro-sobre-la-tradicion-de-la-ruptura-y-otra-docena-de-cosas-que-nunca-leeras-en-tu-revista-de-modas-favorita-y-ii/">El Boomeran(g)</a><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.elboomeran.com/blog-post/539/10773/patricio-pron/algunas-notas-para-un-ensayo-futuro-sobre-la-tradicion-de-la-ruptura-y-otra-docena-de-cosas-que-nunca-leeras-en-tu-revista-de-modas-favorita-y-ii/">Blog de Patricio Pron</a><br /><a style="font-weight: bold;" href="http://www.elboomeran.com/blog-post/539/10773/patricio-pron/algunas-notas-para-un-ensayo-futuro-sobre-la-tradicion-de-la-ruptura-y-otra-docena-de-cosas-que-nunca-leeras-en-tu-revista-de-modas-favorita-y-ii/">01/06/2011</a><br /><br /></div><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><strong>Nota 13, Así habló Vallejo (Y no le entendió casi nadie): </strong>"Luis Urquizo [sic] habla y se arrebata, casi chorreando sangre el rostro rasurado, húmedos los ojos. Trepida; guillotina sílabas, suelda y enciende adjetivos; hace de jinete, depone algunas fintas; conifica [sic] en álgidas interjecciones las más anchas sugerencias de su voz, gesticula, iza el brazo, ríe: es patético, es ridículo: sugestiona y contagia en locura" ("Los Caynas", 71-72).</p><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><strong>Nota 14, Más políticas de la Posvanguardia: </strong>Las poéticas de Emar, Macedonio, Vallejo y Adán son poéticas de la discontinuidad y de la fragmentación, así como de la negatividad y de la ruptura; los procedimientos que emplean (la descontextualización, la sustracción, la parodia, el sinsentido, la puesta en cuestión de la autoridad narrativa, la irracionalidad, lo inverosímil) varían de autor en autor pero les unen en un rechazo radical de las convenciones no sólo narrativas de su época. Este es todo el mensaje político de las vanguardias, y resulta de un descontento con el estado del mundo del que carecen las propuestas estéticas contemporáneas que reivindican el legado de la vanguardia. El resultado de esa apropiación es el de una vanguardia sin programa político, una vanguardia afirmativa de los valores dominantes cuyo Dios es el mercado, al que se ha entregado hace tiempo a juzgar por los sellos en los que publican sus principales representantes. Alguien llamaba a esto en una época "literatura de derecha". Éste también es el drama de la posvanguardia.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 15, Vidas complicadas: </strong>Ninguno de los escritores mencionados tuvo una vida simple, pero la verdad es que casi ningún escritor la tiene: Pablo Palacio murió en un psiquiátrico a los cuarenta y un años; Martín Adán se recluyó en un sanatorio en 1960 a consecuencia de su alcoholismo y murió allí veinticinco años después; Juan Emar jamás vio editada su última novela. Ninguno de ellos supera sin embargo a Horacio Quiroga (1878-1937), quien, en una hipotética competencia por convertirse en el vanguardista latinoamericano que peor la pasó, se llevaría todos los premios: su padre murió en un accidente de caza, su padrastro se suicidó, dos de sus hermanos murieron de tifus, su mejor amigo murió cuando Quiroga le disparó por accidente, su primera mujer se suicidó después de una fuerte discusión matrimonial y la segunda lo abandonó y la aparición hacia 1930 de una nueva promoción de autores vinculados al vanguardismo acabó expulsándolo de la escena literaria.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 16, Los silencios: </strong>Sin embargo, ninguna de estas tragedias es mencionada en las trescientas ochenta cartas que conforman la correspondencia del uruguayo, reunida por la joven académica y poeta española Erika Martínez en <em>Quiroga íntimo</em><a name="_ednref1" href="http://www.elboomeran.com/gestion/#_edn1" title="_ednref1">[1]</a>. Las cartas de Quiroga resultan fascinantes por lo que dicen y por la importancia de muchos de sus corresponsales pero también por los hechos que callan, uno de los cuales es la determinación del suicidio, que Quiroga cometió poco después de despachar la última de ellas. Aunque el escritor no habló en su correspondencia sobre los hechos más trágicos de su vida sí dejó testimonio de ellos al menos en una ocasión y de forma indirecta: en el silencio epistolar de un año y medio que tuvo lugar tras la muerte de su primera esposa; ese silencio y la ausencia de testimonios, cartas o fotografías, y la indeterminación incluso de la fecha exacta de su muerte, son paradójicamente lo que Quiroga nos ha dejado de ella.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 17, París: </strong>La publicación de la correspondencia del escritor uruguayo se completa con la del diario que llevó durante su viaje a París de marzo y junio de 1900. Quiroga viajó a la capital francesa con la excusa de visitar la Gran Exposición Universal y conocer de primera mano la pasión francesa por el ciclismo, pero allí pasó penurias económicas, no pudo establecer relaciones duraderas y acabó aborreciendo la ciudad. Su rechazo a París fue algo más que una cuestión de simpatías. En su prólogo, Martínez sostiene: "Quiroga cambió las grandes lenguas de cultura por el castellano mestizo de frontera, el ocio burgués por la consagración al trabajo manual, la gran metrópolis por un pueblecito cercado por la selva". Quizás haya que felicitarse por el hecho de que al gran escritor rioplatense del monte y la selva y la naturaleza cruel la ciudad no le haya gustado, porque en la breve y malograda estancia en París, más que en los largos años de residencia en San Ignacio, está todo el origen de su obra.</p><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 18, Macedonio: </strong>Unos años después de regresar de París, Quiroga ejerció la función de justicia de forma heterogénea en una pequeña localidad del noreste argentino; allí conoció a Macedonio Fernández (1874-1952), que por entonces era juez. Macedonio fue un autor excéntrico y genial; la publicación de sus <em>Papeles de Recienvenido y Continuación de la Nada</em> (1929 y 1944)<a name="_ednref2" href="http://www.elboomeran.com/gestion/#_edn2" title="_ednref2">[2]</a> es la que más cerca pone al lector español de una auténtica revelación. El escritor argentino produjo una literatura provisional y desmadejada producto de un recelo radical por la forma escrita: en ella, Macedonio se apropia de discursos de gran circulación social en su tiempo como el género epistolar, los anuncios publicitarios, la autobiografía breve, la <em>causerie</em> y el brindis público y los vacía de convencionalismos mediante la comicidad, la ironía sentenciosa y el absurdo. Su gran novela, <em>Museo de la Novela de la Eterna</em>, fue escrita, reescrita, anunciada, postergada y publicada fragmentariamente entre 1904 y 1952 hasta su publicación definitiva en 1967; en ese período tuvieron lugar varios movimientos literarios, incluyendo toda la vanguardia, y dos guerras mundiales, pero Macedonio continuó interesado en dinamitar las convenciones de la novela realista permitiendo la entrada en la literatura argentina de lo paradójico, lo insólito y lo poco convencional. Sin su obra, las de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Ricardo Piglia no hubieran sido posibles, pero Macedonio, a diferencia de muchos autores que leemos como meros precursores de escritores importantes (y por lo tanto como autores de segunda categoría), tiene entidad y merece ser leído sin necesidad de invocar a sus sucesores.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 19, Personas con las que podría confundirse a Macedonio Fernández en la Argentina si se lo llamara Fernández: </strong>Felipe Fernández, poeta y narrador; Guillermo Oscar Fernández, poeta; Mauro Fernández, poeta; Aníbal Fernández, jefe de gabinete; Adrián Fernández, portero de Banfield (1997); Adrián Gustavo <em>Carucha</em> Fernández, de paso risible por el Colo Colo chileno en 2004; Christian Román Fernández, seis partidos con Independiente de Avellaneda en la temporada 1992-1993; Cristian Gabriel Fernández, ex jugador de Racing de Avellaneda; Eber <em>El Pájaro</em> Fernández, jugador que, militando en Cerro Porteño de Paraguay, recibió una cachetada de Diego Armando Maradona en un partido amistoso contra Boca Juniors; Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Nación; Fernando Fabián Fernández, dieciséis partidos en la Primera de Talleres de Córdoba de 1991 a 1993; Francisco <em>Mate</em> Fernández, jugó tres minutos en la primera división de Olimpo de Bahía Blanca en 2002; Cintia Fernández, modelo y actriz; José Manuel Fernández, treinta encuentros en Argentinos Juniors entre 1995 y 1996 y dos goles; Sergio Alberto <em>Panchito</em> Fernández, jugó cincuenta y dos encuentros en Rosario Central entre 1994 y 1997; Claudia Fernández, modelo y actriz.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 20, Humorismo de Macedonio: </strong>Proviene de tres autores que menciona en uno de los textos de <em>Papeles de Recienvenido</em>, Mark Twain, Laurence Sterne y Ramón Gómez de la Serna, aunque también de cierto humor sentencioso y displicente que es propio de los primeros habitantes de la Argentina y puede leerse aún en su gauchesca: piezas como "Aniversario de Recienvenido" están entre los mejores textos humorísticos que se han producido en español.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 21, Las novedades: </strong>Al igual que <em>Papeles de Recienvenido</em>, ni <em>Escalas melografiadas</em> de César Vallejo ni <em>Un año</em> de Juan Emar, <em>Un hombre muerto a puntapiés</em> de Pablo Palacio o el <em>Diario de París</em> de Horacio Quiroga son obras nuevas, pero su radicalidad las asemeja a los proyectos que en la actualidad reivindican la herencia vanguardista. Macedonio Fernández se anticipó a su tiempo al plantear cuestiones como la de la obra abierta y la intertextualidad y la concepción del lector como productor de sentido, sobre los que escribirían más tarde Julia Kristeva, Roland Barthes, Jacques Derrida y otros. El repertorio de innovaciones reivindicado en nuestros días por la posvanguardia ya fue empleado por estos autores, lo que actualiza la pregunta acerca de la novedad de aquello que reclama para sí esa etiqueta. ¿Qué pasa cuando las vanguardias atrasan, cuando los procedimientos con los cuales pretenden ponerse "por delante" del resto de los autores de su tiempo han sido practicados ya hace casi cien años, cuando (para decirlo de otro modo) su novedad ya no es nueva? Nada probablemente, excepto que (como sucede en algunos casos) esa novedad sea lo único que la posvanguardia tenga para ofrecer. En ese caso, el resultado es la inopia.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 22, Saúl Yurkievich y la inopia: </strong>Ningún estudiante que coleccione los momentos más desafortunados de la crítica literaria debería olvidar al crítico argentino Saúl Yurkievich. En su libro <em>A través de la trama. Sobre vanguardias literarias y otras concomitancias</em> (Fráncfort del Meno y Madrid: Vervuert; Iberoamericana, 2007), el crítico argentino dijo, de un poema de Martín Adán, que en él "la poesía se recoge, se retira del mundo para fabular su quimera, para entrar en el otro reino que le es inherente -inherencia que toca la trascendencia, que a la caza da alcance-, para entrar en el milagroso reino de la imaginación soberana" (244); hablando de <em>Ecuatorial</em> de Vicente Huidobro, afirmó: "Descendida al fondo sémico, al tiempo y al espacio unitivos, allí donde el ritmo vocal reencuentra el bucal, la lengua, melificada por el placer oral y glótico, opera su regresión genética, abandona la estructura frástica por la sopa sonora" (53). No sabemos lo que todo esto significa, y quizás ni siquiera tenga sentido, pero justifica plenamente la decisión de tanto estudiante de filología que se pasa a veterinaria.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 23, La tradición de la ruptura: </strong>Aunque resulte paradójico que los autores rupturistas de las vanguardias latinoamericanas hayan sido incorporados con tanta facilidad al mismo canon cuyos criterios de valor despreciaban y cuya existencia misma les resultaba inconcebible, que escritores como Juan Emar, César Vallejo, Pablo Palacio o Martín Adán sean leídos actualmente como miembros destacados de una tradición rupturista o anti tradicional y que esta tradición ocupe un lugar central en lo que llamamos la literatura latinoamericana, habla de cambios en los valores que determinan la incorporación al canon pero también de la riqueza y la solidez de una literatura que ha podido incorporar incluso a aquellos que procuraron socavarla.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 24, Rescates, posibles explicaciones: </strong>Naturalmente existen razones principalmente económicas para este auge de los rescates en España, y esas razones están relacionadas con la pertenencia de las obras rescatadas al dominio público, lo que abarata considerablemente su publicación, ya abaratada en relación a otras épocas en virtud de la incorporación de nuevas tecnologías a la producción editorial. Otra explicación plausible se encuentra en esa precocidad y en la actualidad de las obras recuperadas, que a menudo superan a sus epígonos. Otra se halla en una cuestión generacional: los autores eran jóvenes a la hora de producir estos textos y sus editores a menudo también lo son y unos y otros comparten la muy sana intención de patearle el culo a un par de viejos; en ese sentido, una explicación alternativa se deriva del hecho de que la ruptura producida por estas obras genera la simpatía de editoriales cuyo carácter y programa alternativos les llevan a interesarse por obras situadas fuera del campo de lo establecido. Otra explicación plausible radica en el hecho de que, al menos aparentemente, la popularidad de los epígonos ha preparado a un cierto tipo de lector para el consumo de obras mucho más radicales que las que son escritas en el presente; una última explicación es que quizás, simplemente, la tradición rupturista de la literatura latinoamericana producida entre 1920 y 1940 es, con excepciones obvias, mucho más interesante y posee mayor calidad que la literatura iberoamericana posvanguardista producida en nuestros días. En el caso de que esto último sea cierto, como todo parece indicarlo, supongo que podemos comenzar a celebrar: aún nos queda por leer a Jorge Cuesta, Leopoldo Marechal, Xul Solar, Gilberto Owen, Norah Borges, Arqueles Vela, Santiago Dabove, Hefrén Hernández, Vicente Huidobro y Felisberto Hernández (éste último rescatado recientemente en la Argentina) y a muchos otros, entre ellos los textos más importantes de los miembros de la vanguardia argentina de la primera mitad de los setenta: <em>El fiord</em> de Osvaldo Lamborghini, <em>El frasquito</em> de Luis Guzmán y <em>La piel de caballo</em> de Ricardo Zelarayán. Todos ellos surgen de una fuente que parece inagotable.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><strong>Nota 25, Bibliografía: </strong>En la ingente bibliografía de la vanguardia latinoamericana destacan el libro de María Bustos Fernández <em>Vanguardia y renovación de la narrativa latinoamericana</em> (Madrid: Pliegos, 1996), el de Carlos García y Dieter Reichardt <em>Las vanguardias literarias en Argentina, Uruguay y Paraguay. Bibliografía y antología crítica</em> (Fráncfort del Meno y Madrid: Vervuert; Iberoamericana, 2003), la antología de Mihail Grünfeld <em>Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935)</em> (Madrid: Hiperión, 1997) y el extraordinario ensayo de Ana María Amar Sánchez "Literature in the margins: a new canon for the XXI century?". Ciberletras. 26 marzo 2007 . También el libro de Katharina Niemeyer ya mencionado. En todos estos casos, sin embargo, es pertinente recordar al lector las palabras que Martín Adán dirige a su amada en <em>La casa de cartón</em>: "¡Ah, Catita, no leas libros tristes, y los alegres tampoco los leas!" (88).</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"><br /></div><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><a name="_edn1" href="http://www.elboomeran.com/gestion/#_ednref1" title="_edn1">[1]</a> Quiroga, Horacio: <em>Quiroga íntimo: Correspondencia. Diario de viaje a París</em>. Ed. y pról. Erika Martínez. Madrid: Páginas de Espuma, 2010.</p><div style="font-weight: bold;" align="justify"> </div><p style="font-weight: bold;" align="justify"><a name="_edn2" href="http://www.elboomeran.com/gestion/#_ednref2" title="_edn2">[2]</a> Fernández, Macedonio: <em>Papeles de Recienvenido y Continuación de la Nada</em>. Pról. Ramón Gómez de la Serna. Epíl. Jorge Luis Borges. Barcelona: Barataria, 2010.</p><p style="text-align: left; font-weight: bold;"> [Publicado originalmente en <strong><em>Quimera</em></strong> 330. Abril de 2011]<br /></p><p style="text-align: left;"><a style="font-weight: bold;" href="http://www.barataria-ediciones.com/humohaciaelsur.htm">Fichas libros</a><br /></p>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-48015053864933016122011-06-01T13:02:00.003+02:002011-06-01T13:28:18.915+02:00Estética de lo peor<div align="center"><strong><a href="http://www.elboomeran.com/obra/811/estetica-de-lo-peor/">El Boomeran(g)<br />01/06/2011</a><br /><br /><br /></strong><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><em>A lo largo del siglo xx, en el camino iniciado por las vanguardias, la belleza y el arte se convirtieron para sus propios creadores en algo sospechoso. El placer estético no podía responder a la contemplación de la belleza; el arte debía mostrar lo negativo, lo siniestro. Pero en ese intento de superar el divorcio entre el arte y la vida, de responder a lo inhóspito de nuestro mundo, no sólo se ha desterrado la belleza canónica, también se ha institucionalizado el arte como mercancía y espectáculo de masas.</em></p><p style="text-align: justify; font-weight: bold;"><em>En los últimos treinta años los problemas que habían sido durante siglos objeto de reflexión, que hasta entonces constituían la clave del debate político y de la historia, se han ido desplazando «desde el terreno del entendimiento hacia el de la sensibilidad [...] y la estética se ha convertido en la ideología de una época que presume de no tener ninguna».</em></p><p style="text-align: justify; font-weight: bold;">Estética de lo peor<em> es una reflexión que abarca aspectos teóricos -como la aparición del artista moderno o la extensión del tiempo productivo en el capitalismo a la vida privada y al consumo- y analiza temas tan variados como </em>El amigo americano<em>, Picasso y el arte maorí o la obra de </em>El Roto<em>. Esta pluralidad de enfoques ofrece una visión de conjunto sobre el sentido del arte en un mundo en el que, en lugar de representar un principio de libertad, se va viendo progresivamente reducido a una forma de intercambio más en el mercado.</em></p><div style="text-align: left;"><a href="http://www.barataria-ediciones.com/pasosperdidos/9788492979080.htm"><span style="font-weight: bold;">Ficha del libro</span></a><br /></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5589945340107135328.post-52439788076625561502011-05-31T16:57:00.002+02:002011-05-31T17:43:38.425+02:00Joseph Conrad nos habla de 'Un paria de las islas'<div style="text-align: center;"><a href="http://www.papelenblanco.com/novela/joseph-conrad-nos-habla-de-un-paria-de-las-islas"><span style="font-weight: bold;">Papel en blanco<br /></span><span style="font-weight: bold;">Sarah Manzano<br /></span><span style="font-weight: bold;">31/05/2011</span></a><br /><br /><br /><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"><p>Aunque el mes ya se está acabando, aún me quedan algunas novedades de las que hablaros. Hoy os traigo <strong>Un paria de las islas</strong>, una gran novela de <strong>Joseph Conrad</strong> que quizás no sea tan conocida como otras de sus obras, pero que recoge el espíritu de su universo literario a la perfección. La encargada de recuperar esta maravilla es la editorial <strong>Barataria</strong> y su precio es <strong>18 euros</strong>. </p> <p>‘Un paria de las islas’ sería la segunda novela de Joseph Conrad y en ella nos acercamos a la historia de <strong>Peter Willems</strong>, un hombre inmoral que huyendo de un escándalo en Makkasar, busca refugio en una aldea nativa. Allí será acogido por sus habitantes, pero <strong>la naturaleza brutal de su protagonista no hará sino poner en peligro la supervivencia de sus benefactores</strong>. La lucha entre el bien y el mal, el extranjero visto como hombre peligroso, símbolos recurrentes en la literatura de Conrad, se verán aquí personificados en la lucha entre el hombre blanco y el nativo. Una lectura más que recomendable de cara al verano…</p> <p> </p> <p>Joseph Conrad no es sino el nombre británico que adoptó el polaco <strong>Józef Teodor Konrad Korzeniowski</strong>. Nacido en 1857 en lo que hoy sería la actual Ucrania, a los diecisiete años se enrolaría como marinero y comenzaría a recorrer mundo. En 1878 se trasladaría a Inglaterra y pronto obtendría la nacionalidad británica y la titulación de patrón de marino mercante. Tras dedicar unos años a la marina, dedicaría el resto de su vida a su otra pasión, la literatura. Conocedor de varios idiomas, escribiría sus novelas en un inglés perfecto. De sus obras más destacadas podemos quedarnos con algunos títulos como <strong>El corazón de las tinieblas</strong>, <strong>Lord Jim</strong> o <strong>El agente secreto</strong>. Moriría en Inglaterra en 1924.</p> <p>Tan sólo he leído de Joseph Conrad el relato corto <strong>Amy Foster</strong>, y lo cierto es que me encanta, lo he recomendado siempre a muchísima gente. Tengo por casa algunos títulos de él, pero lo cierto es que al final nunca lo leo. ‘Un paria de las islas’ se me antoja como lectura veraniega, para imaginarme en una isla paradisíaca mientras el calor aprieta. Eso sí, que las aventuras las corran los protagonistas, que yo me voy a dedicar a pasármelo bien…</p><p><a href="http://www.barataria-ediciones.com/barbaros/9788495764294.htm">Ficha del libro</a><br /></p></div></div>Ediciones Baratariahttp://www.blogger.com/profile/05685373341566236070noreply@blogger.com0