EL GOLFO DE LOS POETAS
Fernando Clemot / Barataria, 2009

Por Guillermo Arroniz

Por Guillermo Arroniz
La novela El golfo de los Poetas crea y destruye un mundo en siete días, como dice la historia bíblica que nos creó Dios, desde el cielo y las estrellas hasta la pareja humana. También aquí se pasa desde una llegada más o menos idílica de vacaciones con el cabeza de familia recuperándose de no se sabe qué accidente o enfermedad, a un final digamos que brutal. Por no decir más. El lector descansa el séptimo día y «disfruta» de lo que ha leído, dejándose que se pose después en su espíritu. Porque la novela es un torbellino espiritual que deja el corazón tocado hablándole de la memoria, los recuerdos dolorosos e infectos del pasado y los recuerdos recientes y sangrantes. El saber hacer literario de Fernando Clemot acaba de ser premiado por su última colección de cuentos. Es una magnífico momento para que, desde la alegría, nos hable de este libro triste:
Generación.net: Enhorabuena por tus recientes laureles. ¿Cómo te sientes?
Algo sorprendido con los del premio Setenil al mejor libro de relatos. Me consideraba ya bastante halagado con que Estancos del Chiado estuviera entre el grupo de finalistas y quedar ganador por delante de libros de cuentos tan buenos como los de Jon Bilbao, Millás, Molina Foix o Bonilla me hace sentir muy bien. Creo que es una buena noticia también para las pequeñas editoriales. El libro fue publicado en una editorial pequeñísima, con una distribución manual y ha superado a otros libros que no tenían nada que ver con este perfil. Parece que queda un pequeño espacio para las editoriales independientes y para los nombres nuevos. Por ello, doblemente satisfecho.
G.n: ¿Qué significa para ti la memoria y qué papel juega, en tus palabras, en El golfo de los Poetas?
La memoria es posiblemente uno de los campos más ámplios y desconocidos de la inteligencia humana. Sabemos qué es pero no conocemos demasiado como funciona. Por otra parte la memoria rescata recuerdos que permanecían a oscuras de una forma que a menudo podría parecer arbitraria, podemos estar contemplando una farola y que esa contemplación nos evoque una boda de hace veinte años o la entrada del colegio al que íbamos de niños. Entrelazamos recuerdos de forma caótica o desordenada, pero creo que simplemente desconocemos los mecanismos profundos de la selección que realiza nuestro cerebro.
Para un novelista la explicación de esta aparente arbitrariedad o su simple constatación puede dar alimento suficiente para una carrera literaria. La memoria representa en estos momentos una aventura para cualquier escritor, nos debería poner los pelos de gallina, como a aquellos exploradores de mitad del XVI que observaban un globo vacío en un mapa con el nombre de «terra incógnita».
G.n: ¿Cómo puede un hombre tan joven vestirse de un ánimo tan cansado, tan devastado como lo está el del protagonista? ¿Algún método Stanislavsky para escritores?
No, la verdad es que no he utilizado ningún método para meterme en la piel de un personaje tan desgastado como Leo Carver. La observación y experiencias personales bastan para elaborar una personalidad como la de él. El alcohol y el desengaño, la heroicidad y la miseria moral las encontramos expuestas en cualquier rincón. En cualquier bar podemos encontrar a alguién que nos contaría una historia que superaría a la que se narra en El golfo de los Poetas.
G.n: ¿Es mejor recordar u olvidar el dolor?
El dolor es una experiencia intrínseca al hombre. Lo sentimos desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. No lo podemos rodear. Quizá la mejor actitud ante él es trivializarlo, convertirlo en algo cotidiano; el dolor chaconvertido en rutina no asusta tanto, se deshace como un azucarillo en un mar de aburrimiento. Sería conveniente verlo tan natural como la felicidad o la apatía.
G.n: Siempre se ha dicho que de las equivocaciones se aprende, de hecho un método lleva el nombre «ensayo-error». ¿Tú crees en esa afirmación o eres de los que piensas que el hombre, no sólo es el único que tropieza dos veces con la misma piedra, sino que está eternamente condenado a darse de bruces?
El hombre es una animal tan orgulloso que raramente toma nota de sus errores con lo que se condena a repetir de forma continua los mismos, como en un cinta de Moebius. Socialmente, incluso se condecora a algunas conductas erróneas diciendo que pertenecen a personas «con carácter», que serían las personas que ahondan una y otra vez en los mismos errores y carencias. En esre aprendizaje estamos en la cola de cualquier especie, pero esa misma arrogancia nos hace a la vez interesantes.
www.generacion.net

Generación.net: Enhorabuena por tus recientes laureles. ¿Cómo te sientes?
Algo sorprendido con los del premio Setenil al mejor libro de relatos. Me consideraba ya bastante halagado con que Estancos del Chiado estuviera entre el grupo de finalistas y quedar ganador por delante de libros de cuentos tan buenos como los de Jon Bilbao, Millás, Molina Foix o Bonilla me hace sentir muy bien. Creo que es una buena noticia también para las pequeñas editoriales. El libro fue publicado en una editorial pequeñísima, con una distribución manual y ha superado a otros libros que no tenían nada que ver con este perfil. Parece que queda un pequeño espacio para las editoriales independientes y para los nombres nuevos. Por ello, doblemente satisfecho.
G.n: ¿Qué significa para ti la memoria y qué papel juega, en tus palabras, en El golfo de los Poetas?
La memoria es posiblemente uno de los campos más ámplios y desconocidos de la inteligencia humana. Sabemos qué es pero no conocemos demasiado como funciona. Por otra parte la memoria rescata recuerdos que permanecían a oscuras de una forma que a menudo podría parecer arbitraria, podemos estar contemplando una farola y que esa contemplación nos evoque una boda de hace veinte años o la entrada del colegio al que íbamos de niños. Entrelazamos recuerdos de forma caótica o desordenada, pero creo que simplemente desconocemos los mecanismos profundos de la selección que realiza nuestro cerebro.
Para un novelista la explicación de esta aparente arbitrariedad o su simple constatación puede dar alimento suficiente para una carrera literaria. La memoria representa en estos momentos una aventura para cualquier escritor, nos debería poner los pelos de gallina, como a aquellos exploradores de mitad del XVI que observaban un globo vacío en un mapa con el nombre de «terra incógnita».
G.n: ¿Cómo puede un hombre tan joven vestirse de un ánimo tan cansado, tan devastado como lo está el del protagonista? ¿Algún método Stanislavsky para escritores?
No, la verdad es que no he utilizado ningún método para meterme en la piel de un personaje tan desgastado como Leo Carver. La observación y experiencias personales bastan para elaborar una personalidad como la de él. El alcohol y el desengaño, la heroicidad y la miseria moral las encontramos expuestas en cualquier rincón. En cualquier bar podemos encontrar a alguién que nos contaría una historia que superaría a la que se narra en El golfo de los Poetas.
G.n: ¿Es mejor recordar u olvidar el dolor?
El dolor es una experiencia intrínseca al hombre. Lo sentimos desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. No lo podemos rodear. Quizá la mejor actitud ante él es trivializarlo, convertirlo en algo cotidiano; el dolor chaconvertido en rutina no asusta tanto, se deshace como un azucarillo en un mar de aburrimiento. Sería conveniente verlo tan natural como la felicidad o la apatía.
G.n: Siempre se ha dicho que de las equivocaciones se aprende, de hecho un método lleva el nombre «ensayo-error». ¿Tú crees en esa afirmación o eres de los que piensas que el hombre, no sólo es el único que tropieza dos veces con la misma piedra, sino que está eternamente condenado a darse de bruces?
El hombre es una animal tan orgulloso que raramente toma nota de sus errores con lo que se condena a repetir de forma continua los mismos, como en un cinta de Moebius. Socialmente, incluso se condecora a algunas conductas erróneas diciendo que pertenecen a personas «con carácter», que serían las personas que ahondan una y otra vez en los mismos errores y carencias. En esre aprendizaje estamos en la cola de cualquier especie, pero esa misma arrogancia nos hace a la vez interesantes.
G.n: Hay en tu novela, momentos muy, muy poéticos como cuando describes la luna reverberando en las canteras de Carrara, de las que ha salido tanta belleza... ¿amante inconfeso de la poesía? ¿O sólo coherencia interna de la novela?
El hecho que el personaje central sea un escritor me permitía jugar con un lenguaje, si se quiere llamar así, más alambicado, en el que me siento también bastante cómodo. El lenguaje es parte fundamental de la literatura, si nos limitamos a escribir crónicas o imitar el lenguaje periodístico. ésta acabará convirtiéndose en guiones o en puro periodismo, en imagen al fin y al cabo y, en una pugna de imagen, siempre vencerá la televisión o el cine. La lucha por que el lenguaje tenga peso por sí mismo, tenga una significación que muy a menudo se rechaza, es uno de los tableros de juego en los que se está moviendo el futuro de la literatura de los próximos años.
El hecho que el personaje central sea un escritor me permitía jugar con un lenguaje, si se quiere llamar así, más alambicado, en el que me siento también bastante cómodo. El lenguaje es parte fundamental de la literatura, si nos limitamos a escribir crónicas o imitar el lenguaje periodístico. ésta acabará convirtiéndose en guiones o en puro periodismo, en imagen al fin y al cabo y, en una pugna de imagen, siempre vencerá la televisión o el cine. La lucha por que el lenguaje tenga peso por sí mismo, tenga una significación que muy a menudo se rechaza, es uno de los tableros de juego en los que se está moviendo el futuro de la literatura de los próximos años.
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