01 noviembre 2010

Leonor Paqué presenta su primera novela


Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?




Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.


Miguel Hernández



No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.



Isabel Quiñones/Madrid
UNED

Ayer Leonor, presentó un libro. Su primer libro, duro, cálido y desgarrado como ella.

Tampoco es para tanto...total, es solo un libro. Su primer libro y escrito por `una mujer de nada'.

Porque Leonor, Leonor García, es periodista. Periodista de la UNED. Y mira a la vida con la misma "bruma de amor y odio", con que hace la dedicatoria del libro a su madre. Pero ese sería otro tema. Hoy, como diría el magistral Paco Umbral, estamos aquí para hablar del libro de Leonor, pero del de `Leonor Paqué', porque así firma la autora su obra.

Leonor. Tu padre, el andaluz de cara cincelada a golpe de sol abrasador, orgulloso hasta la altivez de su hija y Patro, tu madre, desbordada, observadora y silenciosa. Como no entendiendo muy bien tu aventura literaria, tu vida, tus aspiraciones, tu esfuerzo y tu lucha -porque no en vano el seudónimo literario de tu apellido, es `Paqué'- No era ella la que te preguntaba siempre...¿Leonor, pa qué estudias?, ¿pa qué lees?, ¿pa qué te quieres marchar de aquí?' .... pues el otro día, en el Centro Asociado de la UNED en Madrid, en las Escuelas Pías, le diste la respuesta. Y ahora, le tienes que dar tiempo para que la asimile. Porque Patro, ¿ves?, `pa que iba a ser. Pa todo esto'.

Juan, Pilar, Ana, Aida, David, Miguel, el quejio de tu hermano Diego a la guitarra, Jorge, Sergio, tu segundo hermano a la cámara. Todos estamos seguros de que esta aventura literaria que te provocaba y te daba miedo a la vez -como casi todo en tu vida- esta mujer, `Una mujer de nada' de Leonor Paqué, puede curar muchas heridas, mucho dolor y mucha rabia. Nos ha apasionado y también nos ha enternecido. Porque a veces, las historias que nos cuentan los libros son ficción. Pero otras, son la más pura realidad. Una realidad que muchos no conocen, que otros no quieren recordar y que nunca se debería repetir.

Y Leonor, aunque, como decía Lorca, tu pienses un poco que la vida `no es noble, ni buena, ni sagrada', porque en el Sur, la tierra es seca y dura. Porque las cuevas granadinas no son viviendas. Porque la rebusca no es comida. Porque no basta con ver, para saber leer. Bien es cierto, que la nieta de María -la protagonista de tu novela- hoy, es feliz, porque ha podido contar y escribir, la historia de su abuela.



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