El País
14/03/2011
Desde Nairobi a Ciudad del Cabo o desde Maseru a Maputo, Miquel ha tenido que sobrevivir a hoteluchos de mala muerte, comida en lugares insalubres, una colitis, sobornos en las fronteras, accidentes de tráfico y a una dura realidad africana.
Lejos de reflexiones morales, el autor propone a través de su libro una aventura en moto por rincones desconocidos para muchos españoles por el continente africano con el fin de demostrar que hay mucho más allá del sofá de nuestra casa.
Aventuras y riesgos combinados con cinismo y humor se dan cita en la segunda edición de “Un millón de piedras”, en la que, además, se incluye el viaje de Dakar a Segou, en Mali y la repatriación de la moto a España.
Miquel Silvestre es un viajero nato. La experiencia de este viaje la repetiría y la ha repetido, ya que como él mismo afirma “en algunos ya he estado dos, tres o incluso cuatro veces. En África del sur repetiría Mozambique, Namibia y Lesotho; en África del Norte Marruecos y Túnez son referencias fijas”.
Para hacer un viaje como este o como cualquiera de los que el autor hace sobre su “princesa”, considera imprescindible “en lo material, una moto fiable, poco equipaje y estómago de Carpanta. En lo espiritual, sentido del humor autocrítico y la conciencia clara de que estás allí por tu propia voluntad para aceptar las dificultades como elegidas voluntariamente”. Y es que el viajero lo tiene claro “no hay derecho a reclamación pues nadie me obliga a ir”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario