16 julio 2011

Sin lengua – Vladímir Korolenko

El País
Francisco Solano
16/07/2011



Entre el cosmopolitismo artístico de Turguénev y la literatura programática de Gorki, la obra de Vladímir Korolenko (Ucrania, 1853-1921) encuentra su mejor expresión en la atención a la epopeya de las clases más deprimidas en su esfuerzo por salir de la miseria. Con una prosa que se sostiene en una mirada que abarca tanto el ridículo como la nobleza de la ignorancia, Korolenko es acaso el autor ruso de su época que mejor se ha servido de la crónica para contar el desplazamiento de los campesinos y su lucha por una vida más digna. Hacía tiempo que no circulaba en nuestro país ningún libro de Korolenko. A finales de la década de 1950 Aguilar publicó un volumen de Obras escogidas, de donde se ha extraído Sin lengua, sobre la emigración del campesinado ruso a Estados Unidos, en aquella traducción de Luis Abollado, quien consideraba con razón a Korolenko el mejor representante del realismo ruso. Su publicación no puede ser más oportuna en un momento en que la emigración sigue siendo hoy un problema de supervivencia y adaptación que no tiene trazas de resolverse con buenos propósitos, ni por parte de los que llegan, obligados a realizar cualquier trabajo, ni por parte de los nativos del país de afluencia, que sufren otra forma hiriente de precariedad. Esta colisión, con el añadido de la dificultad para entender la lengua, conforma la historia de aturdimiento y desazón del campesino ucranio Matvéi, que no acaba de sentirse acogido en el caos de la Nueva York de finales del XIX, con su capitalismo tan ramplón como abierto a la fuerza bruta del trabajo. La lectura de Sin lengua sorprende por su enérgica veracidad, y permite apreciar la extraordinaria capacidad descriptiva de Korolenko, que concibió la novela tras una visita a la Exposición de Chicago de 1893. Y es evidente cuánto deben a esta obra las escenas cinematográficas de la arribada de los barcos con los emigrantes contemplando, atónitos, tras la niebla, "una enorme figura de mujer con un brazo en alto".

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