Marta Garijo
27/05/2011
El Manifiesto de Economistas Aterrados propone 22 medidas para hacer frente a la crisis económica con perspectiva europea.
Sterdyniak, director del Departamento de Economía de la Mundialización de la OFCE y profesor asociado de la Universidad Paris-Dauphine es uno de los autores de este texto junto a Philippe Askenazy, Thomas Coutrot y André Orléan. Un manifiesto al que hasta ahora se han adherido 3.000 economistas. Un texto, que va en la línea de Indignaos de Stephane Hessel, aunque con la diferencia de que en las 60 páginas de este se exponen 22 medidas concretas. Unas ideas encaminadas hacia la creación de políticas económicas fuera de la tendencia liberal. "La idea principal es que el liberalismo no funciona porque hasta ahora los mercados siguen creando inestabilidad", comentaba esta mañana Sterdyaniak. "En Europa hay que asegurar más estabilidad, más solidaridad y crear una nueva coordinación de las políticas de gobernanza europea", prosigue este economista. En España, este libro está editado por Barataria, en su colección Pasos Perdidos, y ya va por su segunda edición.
En su manifiesto se observan las políticas económicas desde una perspectiva europea. En la charla, Sterdyniak repite varias veces la idea de la solidaridad europea como un punto importante para la recuperación de los países del continente, algo que los últimos acontecimientos no parecen compartir. Sin embargo, cuando se le comenta a Sterdyniak que los últimos casos no existe un gran consenso europeo, señala que no hay elección de plantearse si se puede ser solidarios o no.
Respecto a las manifestaciones sociales que se están produciendo en varios países, sobre todo del sur de Europa, Sterdyniak asegura que esto demuestra que es importante que los partidos, los sindicatos o las asociaciones se movilicen para mostrar que otras políticas son posibles. "El objetivo del manifiesto es proclamar que no estamos condenados a las políticas de austeridad que nos llevan al fracaso y por ello, la política que Europa tiene que llevar a cabo es dar tiempo a que todos los países que están en dificultades puedan reestructurar sus economías", apunta.
Las agencias de calificación y el funcionamiento de los mercados financieros son dos de las preocupaciones que se muestran en el texto. "Decimos que debería disminuir la importancia de las agencias que son privadas", señala y ofrece otra vía de acción. "El Banco Central Europeo no debería hacer tanto caso a las agencias sino tener sus propias herramientas para poder calificar", apunta.
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