La biblioteca imaginaria
Sergio Torrijos Martínez
28/07/2011
Sergio Torrijos Martínez
28/07/2011
Novela sorprendente, plagada de asuntos turbios, de seres desalmados, de chanchullos, de crímenes, de mafia y de policías. Una nueva mirada a un mundo inagotable para la novela negra, de nuevo la mafia, la lucha contra ella, la infiltración entre sus filas, la vida de los policías, el tortuoso camino de entrar en la ilegalidad para luego, de pronto, volver a luchar con las armas de la ley contra ellos. El escritor, oriundo de Chicago, nos retrata un mundo que nos parece muy afín por los esfuerzos del cine, pero que aparece tan bien retratado y tan bien representado que parece tan real cómo en realidad es.
Los protagonistas de la novela se incrustan en aquel sub-mundo, viven en él, luchan contra él y en algunos casos viven de él. No es intención del novelista abarcar o describirnos el mundo de la mafia, ésta está allí como las calles de Chicago o los edificios, forma parte de la ciudad, está tan intrincada entre sus avenidas y sus casas que forma un todo con ella.
Es novela de delincuentes, perfectamente retratados, de tipos duros, con años de presidio a cuestas y no un presidio limpio y delicado, no, aquí los delincuentes son de verdad, personajes que mejor sería no encontrarse nunca ni siquiera cruzarse en su camino, personas desalmadas y las circunstancias que viven o han vivido no han ayudado precisamente a que vean la vida de una manera más acomodada.
Se percibe entre las páginas que el escritor ha conocido algo de ese mundo y que ha coqueteado con él, no es una idea concreta, sino que aparece reflejada cada poco, con tal viveza que nos parece que nos lo estén diciendo al oído mostrándonos que todo lo que contiene el libro tiene una capa de verdad, una pátina tan real que en algunos momentos nos hace torcer el gesto y sentir el aliento del presidio o el olor a pólvora.
El engranaje interno de la novela es de gran viveza, nos empuja sin cesar página tras página y cuando nos queremos dar cuenta nos acercamos al final, un final que no por esperado es sorprendente. El autor maneja con soltura y gran solvencia las claves de la novela negra, en algunos momentos es escueto en describir un pensamiento o un hecho tortuoso, no necesita más que unas líneas para mostrarnos toda una psicología criminal, con eso basta, el resto se completa con facilidad, en otros nos describe la acción de forma rápida y vertiginosa, enganchándonos sin piedad.
La edición es muy cuidada, con un formato pequeño muy acorde a facilitar una cómoda lectura, a lo que contribuye en buena medida toda la edición, sólo cabe poner un par de pegas, que llegan en forma de erratas, páginas 35 y 266, el resto es de una prístina limpieza. La editorial ha hecho una buena apuesta por este escritor y espero les aporte réditos puesto que merece la pena.
En resumen una novela muy apetecible, que a cualquier lector aficionado al género negro gustará y nos permitirá conocer a un escritor no muy conocido en este país, un buen escritor que nos agradará y nos llevará en volandas a su ciudad y a sus gentes, una ciudad dura y en algunos momentos cruel, pero que deja un regusto muy particular a historia, a crimen y a novela negra.
Los protagonistas de la novela se incrustan en aquel sub-mundo, viven en él, luchan contra él y en algunos casos viven de él. No es intención del novelista abarcar o describirnos el mundo de la mafia, ésta está allí como las calles de Chicago o los edificios, forma parte de la ciudad, está tan intrincada entre sus avenidas y sus casas que forma un todo con ella.
Es novela de delincuentes, perfectamente retratados, de tipos duros, con años de presidio a cuestas y no un presidio limpio y delicado, no, aquí los delincuentes son de verdad, personajes que mejor sería no encontrarse nunca ni siquiera cruzarse en su camino, personas desalmadas y las circunstancias que viven o han vivido no han ayudado precisamente a que vean la vida de una manera más acomodada.
Se percibe entre las páginas que el escritor ha conocido algo de ese mundo y que ha coqueteado con él, no es una idea concreta, sino que aparece reflejada cada poco, con tal viveza que nos parece que nos lo estén diciendo al oído mostrándonos que todo lo que contiene el libro tiene una capa de verdad, una pátina tan real que en algunos momentos nos hace torcer el gesto y sentir el aliento del presidio o el olor a pólvora.
El engranaje interno de la novela es de gran viveza, nos empuja sin cesar página tras página y cuando nos queremos dar cuenta nos acercamos al final, un final que no por esperado es sorprendente. El autor maneja con soltura y gran solvencia las claves de la novela negra, en algunos momentos es escueto en describir un pensamiento o un hecho tortuoso, no necesita más que unas líneas para mostrarnos toda una psicología criminal, con eso basta, el resto se completa con facilidad, en otros nos describe la acción de forma rápida y vertiginosa, enganchándonos sin piedad.
La edición es muy cuidada, con un formato pequeño muy acorde a facilitar una cómoda lectura, a lo que contribuye en buena medida toda la edición, sólo cabe poner un par de pegas, que llegan en forma de erratas, páginas 35 y 266, el resto es de una prístina limpieza. La editorial ha hecho una buena apuesta por este escritor y espero les aporte réditos puesto que merece la pena.
En resumen una novela muy apetecible, que a cualquier lector aficionado al género negro gustará y nos permitirá conocer a un escritor no muy conocido en este país, un buen escritor que nos agradará y nos llevará en volandas a su ciudad y a sus gentes, una ciudad dura y en algunos momentos cruel, pero que deja un regusto muy particular a historia, a crimen y a novela negra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario