Alejandro Luque
05/08/2011
Barataria recupera el ensayo titulado ‘Autocrítica del arte’ de este periodista nacido en La Puebla de Cazalla
Entre los rescates de diversa índole que viene realizando desde el comienzo de su andadura la editorial Barataria, afincada en Sevilla, pocos tan felices como el recientemente aparecido Autocrítica del arte, un conjunto de ensayos del periodista y escritor José María Moreno Galván (La Puebla de Cazalla, 1923-Madrid, 1981) que supone por sí mismo una rotunda reivindicación de la figura de su autor.
Fechados en su primera edición en 1965, el por entonces crítico de la revista Triunfo se propuso analizar "el comportamiento civil del arte contemporáneo", tratando de "deducir la anatomía de nuestra historia próxima a partir de la fisonomía de nuestro arte más inmediato y, al contrario, de extraer de la fisiología del cuerpo social la psicología del arte contemporáneo", afirma.
Con tan ambicioso proyecto, Moreno Galván comenzó a examinar el devenir de las vanguardias plásticas, partiendo del aformalismo como "resultado final de un largo proceso de la pintura contra la pintura" y concluyendo en el significado de Picasso para la creación artística contemporánea. "Picasso -escribe Moreno Galván- es quien en el panorama contemporáneo viene a decir: cierto, la representación es un problema de procedimiento, mientras que la realidad es un problema de sustancia, pero, ¿y la abstracción?. La abstracción viene a ser, una vez más, un problema de procedimiento".
El recorrido de Moreno Galván por los intrincados caminos renovadores de la plástica del siglo XX le hizo replantearse las lecturas históricas que se habían practicado hasta entonces y las nuevas preguntas que habrían de hacerse críticos y creadores en todos los campos: formas, composiciones, inspiración, implicación social...
"La superación consiste en un cambio de objetivos artísticos, en la fijación de metas de mayor alcance", escribe Moreno Galván en las últimas páginas del libro. "El objetivo del aformalismo no era la in-forma, sino la liberación expresiva", agrega.
Hermano del pintor Francisco Moreno Galván, el sevillano se convirtió durante los años 60 y 70 en uno de los críticos de arte progresistas más influyente, como autor de numerosos catálogos de exposiciones de arte y colaborador habitual de revistas señeras como Artes, Triunfo y Nuestro Tiempo. Actualmente, el Museo de Arte Contemporáneo de su localidad natal lleva su nombre, al igual que una calle de la capital hispalense.
En palabras de Francisco Calvo Serraler, "como crítico de arte, puede considerarse decisiva la intervención de Moreno Galván en un momento crucial del arte español en el que salía de un aislamiento patético, ya que no sólo fue un incansable apoyo para nuestros jóvenes artistas de vanguardia, que entonces despuntaban a través de artículos y monografías, sino que además realizó una amplia reflexión histórica y doctrinal sobre ese proceso de transformación", dice.
"Esta oportuna defensa de la necesidad de salir del autarquismo cultural que hasta entonces se vivía supo combinarla Moreno Galván con la precisión de las características de la tradición local", apostilla el crítico madrileño.
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